Un boricua en el ascensor - Relatos Eróticos

Un boricua en el ascensor

... frente a él, solamente vestida con mis sandalias de taco.“Me parece que todo lo tuyo es sabroso…” Murmuró Marcos a mis espaldas.Giré para mostrarle mi vulva depilada y lo miré a los ojos:“Y qué es lo mejor de vos… tu pecho o tu verga…?” Pregunté ronroneando…“Estás segura de que quieres verla? Cuando las mujeres la ven, se la llevan a la boca”“Quiero verla, bajo mi responsabilidad”. Respondí, sintiendo mi concha humedecerse.Entonces el negro se quitó sus bóxers y me dejó ver su verga gigantesca, todavía apenas medio erecta, pero de todas maneras enorme…Mientras Marcos se quitaba su bata de seda, lo empujé sobre la cama y caí sobre él, abalanzándome sobre esa verga negra prodigiosa. Comencé a lamerla despacio, escuchando los suspiros que dejaba escapar de sus labios.Luego abrí mi boca al máximo para tratar de engullir esa cosa enorme, pero fue imposible tragarla toda. Continué pasándole mi lengua, hasta verla crecer unos veinticinco centímetros…Después de un rato, Marcos dijo que era su turno. Me hizo acostar boca arriba con las piernas colgando fuera de la cama. Entonces comenzó a recorrer mi cuerpo con su lengua, desde el cuello. Me mordisqueó y lamió las tetas hasta hacer que mis pezones se endurecieran al punto de estallar. Siguió descendiendo por mi vientre, hasta llegar a mi vulva. Me abrió los labios vaginales con su lengua y me provocó un estallido orgásmico apenas comenzó a meter sus dedos y lengua en mi concha.Cuando terminé de temblar sintiendo la potencia de ...

... semejante acabada, Marcos se incorporó, abrió un poco más mis muslos y de un solo embate me metió su verga negra hasta el fondo de mi estrecha vagina. Yo estaba muy lubricada, pero ese empujón inicial me causó dolor, porque su pija era realmente gruesa.El negro me bombeó por un largo rato, mientras me acariciaba las tetas y me chupaba mis endurecidos pezones…De repente bajó sus grandes manos por mi espalda y me abrió las nalgas; luego intentó meter uno de sus gruesos dedos en mi entrada trasera. Eso me calentó mal. “Si vas a tocarme la cola, prefiero que me la rompas toda…” Le susurré al oído…Sin decir palabra, el negro se salió de mi concha, me dio vuelta en el aire, escupió en mi agujero chiquito y directamente me clavó a fondo con toda su potencia. Aullé al sentir que esa verga gruesa me partía en dos…Marcos me bombeó el culo con todo, a un ritmo infernal y de repente gritó como loco y me llenó el ano de leche hirviendo. Esta vez mi orgasmo fue tan intenso, que casi me hizo desmayar de placer. Estuve aullando de placer durante un buen rato, hasta que el negro se salió de mi ano bien inflamado y dilatado.Cuando pude recuperar mi respiración, me levanté y caminé con cierta dificultad hasta el baño. Luego me vestí a medias, mientras Marcos me miraba desde su cama.Le tiré un beso por el aire y ya en la puerta le dije:“Me quedé con las ganas de saber si tu lechita es más rica que el champagne…”Regresé a mi habitación y me encerré en el baño, para darme un buen baño de inmersión ...