1. Ahh, lujuria! (I)


    Fecha: 19/02/2020, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... alquilado una medalla en reconocimiento a diez años de trabajo en la empresa, mientras trataba de alisar mis faldas y ocultar mi sonrisa de satisfacción.
    
    Y, sin embargo, estaba equivocada.
    
    Lo crean o no, estaba equivocada.
    
    Porque el significado de esa palabra - lujuria - lo conocí recién pocos días atrás, cuando el degenerado de Alberto me hizo lo que me hizo. Imagínense: fueron mil y un orgasmos que le tuve que entregar vencida por el poder de un falo interminable que entró y salió de mi raja a su gusto y disposición, con su ritmo inefable a veces violento a veces lento en extremo, a veces rozando un lado, a veces el otro, a veces justo en el centro, a veces quedándose en la entrada, a veces llegando hasta lo más profundo, una y otra vez, sin descanso pero con egoísmo, sin darme lo que yo necesitaba: su descarga.
    
    Hora y media estuvo en mí, martilleando; y en mi desesperación por tener en mí lo que aún no me había dado, me dejé dar vuelta. Imagínense nuevamente, yo, boca abajo en mi propia cama matrimonial, un almohadón bajo el vientre, mis lunas en su mejor visión. Abrió mis lunas con tierna firmeza, me aceitó y lo recibí, ávida, en mi interior. Ahora o nunca, pensé para ...
    ... mí, y a su ritmo, cerraba mi esfínter con todas mis fuerzas cada vez que él desandaba el camino y lo abría íntegro levantando mi grupa cada vez que él volvía a ingresar. Una y otra vez, bufando ambos, sus brazos abrazándome los pechos, su aliento en mi nuca. Pequeñas frases - como latigazos -cruzaron el aire.Dame. Qué querés ? Tu leche, cerdo. Estás segura ? Sí, dame, dámela. Estás muy segura ? Sí, dame. A cualquier precio ? Sí. Decilo. Llenáme, llenáme de una vez. Estás dispuesta a pagar ? Sí, sí, cuánto querés ?. Tu madre. Queeeé ? Quiero A Tu Madre !! No, desgraciado,no ! Promételo, promételo ahora ! No, si, sii, te lo prometo. Segura ? Síi, dame, cerdo, damee !!
    
    El cerdo me arrancó el orgasmo mil dos. Que empezó en ese momento y no sé cuando terminó. Yo estaba absolutamente segura y convencida que el control de la sodomía, a pesar de la posición, la tenía yo; y no fue así. El orgasmo me vino por esa imagen que se dibujó instantáneamente en mi mente. Mi madre, mi propia madre, rendida y entregada por mí, boca abajo, en mi misma cama, y Alberto tras ella, entrando, saliendo, sodomizándola.
    
    Qué palabra tan extraña ¿no?; creo que ahora sí sé su significado. Por lo menos para mí. 
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