1. Calentura a los 18 primos o no se van


    Fecha: 18/02/2020, Categorías: Incesto Autor: Hansolcer, Fuente: SexoSinTabues

    ... parte a su boca a la vez que jugaba con la bolsa de mis huevos. Luego engullía todo lo que podía cómo si quisiera taladrarse la garganta, la volvía a sacar y esta vez nomas se metía la mitad, de nuevo mis huevos. Me hacía sentir rico, pero sentía que podíamos estar más cómodos. Fue por eso que le pedí que nos desnudáramos por completo. Poniendo el ejemplo me saque la camisa y después me quité los pantalones quedando como Dios me había echado al mundo. Luis tardó un poco, creo que me observaba cómo adivinando que pasaba por mi mente. Tenía un cuerpo perfecto, 185 de estatura, bien marcado. Con músculos definidos hasta en sus pompas, nada de vello, un pito mediano perfectamente resguardado en su prepucio. Podría decirse que éramos las dos caras de una moneda, el un hombretotote bien dado y yo un flacucho de apenas 169 con una única excepción, mi verga era más grande que la suya. Ya desnudos los dos, otra vez comenzó a mamarme el pito. Yo sentado sobre la mesa de jardín y el en una de las bancas. La posición era perfecta, podía abrir mis piernas y así facilitarle que pudiera tragarse todo lo que quisiera. –Estás bien rico mi niño – decía entre gemidos – Que deliciosa verga tienes. Seguía chupando, sus labios gruesos parecían haber sido creados para dar placer. Me tenía en otra dimensión, tanto que había cerrado los ojos y por un segundo creí que penetraba una panocha como la que había visto en el cine unas semanas atrás. - La quieres en el culo – pregunte – - Si – dijo – Si, ...
    ... quiero que me hagas tu mujer. Como era mucho más alto que yo, le pedí que se subiera a la mesa y se colocará a cuatro sobre sus rodillas. Se veía perfecto aunque le pedí que abriera un poco las piernas. Quería saborear ese culo antes de penetrarlo. Se lo mame todo, el botón de entrada, el canal desde donde termina la espalda hasta llegar a los huevos. Le metí la lengua y por un no se que, se me antojo masturbarlo. Sentir su garrote creciendo en mi mano era algo que me excitaba, Luis gemía como si aquello fuese algo que no pudiera soportar. – Métemela ya chiquito – dijo con palabras entrecortas. Como si aquello fuera una orden, me acomodé tras de el. Parado sobre la banca, jugué un poco con mi verga en la entrada de su ano, hacía que se metía y luego no, antes los gemidos de deseo de mi primo. Empuje viendo como aquel agujero se dilataba para dar la bienvenida a mis 17 cm y empezar a devorarlos uno a uno. Joder, Luis tenía el hoyo más sabroso que pudiera imaginar. Cuando lo encule tuve que detenerme unos segundos para no caerme del banco donde estaba parado. Afianzado a ese hermosos trasero empecé a culear una y otra vez, despacio, no quería correrme como loco. Era morboso ver cómo hoy veía mi polla para luego verla desaparecer ante los jadeos de mi primo de 25, grande, musculoso, pero débil como un niño ante los deseos sexuales. Aaaaah aaaaaah aaaaaaah ahhhhhh eeeeeh eeeeeeh ehhhhh mmmmmm mmmmm mmmm – lograba articular Luis – Cambiamos de posición, está vez él se colocó de ...