1. Cogiendo con mi hijo -2


    Fecha: 12/02/2020, Categorías: Lesbianas Autor: Josefine, Fuente: CuentoRelatos

    ... chorreaba como una jugosa naranja. Por eso comencé a tocarme y Gustavo pasó a tocar mis tetas, que quedaban más accesibles, desabotonando un par de botones de mi camisa. Yo seguía concentrada en su palo que ya estaba crecido y duro como un adoquín, hasta que lo dejé y comenzamos a besarnos con pasión, chupando nuestras lenguas, a la vez que nos metíamos manos.
    
    - Cómo pensé en esto en la oficina mi amor -le dije-, hoy estuve muy caliente desde la mañana sabiendo que nos íbamos a ver.
    
    - Ayer cuando hablamos por teléfono ya estaba que ardía -me contestó-. La vamos a pasar muy bien esta noche.
    
    Llegamos al departamento en el que Gustavo vive desde que nos separamos y aprovechando la soledad de la cochera nos matamos dentro del auto. Como pude me acomodé abierta de piernas apuntando hacia su butaca para que él se sumergiera en mi concha. Sus lamidas fueron una escalera al cielo. Mis gemidos eran fuertes y Gustavo no paraba de lamer y succionar mi clítoris. Mis jugos caían a litros y sus dedos hurgaban lo más profundo de mi sexo. Como mi chorreada había llegado a mi culo, aprovechó para meter un dedo y luego otro. Lo tenía con su lengua y los dedos de una mano en mi vagina, y los dedos de la otra taladrándome el orto. Obviamente la posición era muy incómoda sobre todo para él, pero siguió como si nada hasta que exploté en un deliciosos orgasmo que me llevó a cerrar las piernas atrapando su cabeza entre ellas, lo que aprovechó para penetrarme con su lengua y hundir más aún ...
    ... los dedos en mi culo ansioso de carne.
    
    - Ahora vos – ordenó reclinando el respaldo de su asiento lo más posible.
    
    Con los pantalones y su bóxer ya por las rodillas, me arrojé sobre ese pene mojado en líquidos preseminales. Pasé mi lengua, me lo metí, chupé sus bolas, lo masturbé. Atrapó mi cabeza apretando hacia sí, con lo que su gran pija llegó hasta mi garganta, me soltó cuando empezó a eyacular para no ahogarme, pero sin sacarla de mi boca. Retuve todo su jugo blanquecino y abrí la boca para mostrárselo. Metí dos dedos en mi boca y revolví su leche. Los saqué cerrando la boca y limpiándolos con los labios. Abrí de nuevo para que vea como me tragaba todo.
    
    - Vamos ya a casa –dijo estampándome un beso fogoso, con lo cual me acomodé un poco la ropa por si cruzábamos a alguien en el ascensor.
    
    Una pareja un tanto mayor subió con nosotros, y como bajaban en el tercer piso mientras que nosotros en el séptimo, quedaron delante nuestro, frente a la puerta, y dándonos la espalda. En esos escasos segundos del viaje compartido, Gustavo metió su mano en mi culo por debajo de la pollera. Llegó a mi concha y yo apenas me contenía, la piel se me erizó de excitación y respiraba agitada, un segundo más y gritaría no podía evitarlo. El ascensor paró y los señores bajaron. Los cuatro pisos restantes nos matamos besándonos y manoseándonos, enganchados como estábamos salimos y a las apuradas abrimos la puerta del departamento.
    
    Me puso en cuatro patas sobre el sillón y me chupó culo ...
«1234...»