1. la diosa de ébanp


    Fecha: 10/02/2020, Categorías: Lesbianas Autor: oscareduardo, Fuente: SexoSinTabues

    ... llenó la estancia, después trajo una esponja que serviría para jabonar a Jane, la rubia que estaba extasiada mirando todos estos preparativos empezó a desnudarse, Carmela atenta admiró el cuerpo de su ama, era blanca ,sus piernas y brazos largos y estilizados , su trasero pequeño pero firme , el pubis adornado con un corte de pelo artístico era de un color dorado y le daba un toque elegante y a la vez provocativo. Jane se metió en la tina, Carmela empezó con una vasija a derramar agua por el cuerpo de Jane, con la esponja empezó a refregar suavemente la delicada piel de Jane, cuando la esponja humedeció todo su torso aplicó una delgada capa de un jabón especial y empezó a esparcir la espuma del jabón, las manos de Carmela se desplazaban por la espalda de Jane con una suavidad que acariciaba, Jane se sintió relajada. La esponja ahora se dirigió hacia sus senos, las manos de Carmela pasaron rozando los pezones erectos de Jane, la rubia sintió una oleada de calor, cogió sus bellos senos y los frotó con fuerza, cuando las manos de Carmela se volvieron a posar en la superficie de sus senos Jane apretó sus manos y la obligó a acariciar sus pezones que ya estaban erguidos al máximo, Carmela se sobresaltó pero no se cansó de admirar esos pezones rojos grandes y erectos. Carmela deslizó la esponja hacia el bajo vientre y Jane sintió que su vagina se llenaba de excitación, nuevamente tomando las manos de Carmela entre las suyas direccionó la esponja hacia su sexo que aunque estaba ...
    ... bajo el agua estaba que hervía de deseos. De pronto unos leves toques en la puerta las volvieron a la realidad, era Walter que la afanaba pues la necesitaba para ir a recorrer otra parte de la finca. Carmela le pasó la toalla y Jane se secó rápidamente, se puso una bata y salió a vestirse. Jane y Walter regresaron tarde, Carmela se había retirado a su alcoba que estaba al otro extremo del cuarto de los amos, era un pequeño recinto dotado de una cama sencilla , una mesa de noche un pequeño armario y un pedazo de espejo que había recogido y tratado de arreglar. Se quitó la ropa de trabajo, no tenía brasier pero para mantener sus senos erguidos no lo necesitaba, sus pezones eran oscuros y sus areolas grandes le daban un tono oscuro. Se quitó sus burdos calzones y quedó desnuda, observó con orgullo su cuerpo, el prominente pubis estaba adornado de una mata de pelo ensortijada de rizos negros y brillantes, acarició su clítoris grande y erecto, era otra cosa de la cual se jactaba, lo había descubierto por casualidad cuando se bañaba y el contacto de sus dedos con ese pequeño rubí la hacía estremecer. Se acostó y sin querer se acordó de su ama, el breve contacto de sus manos con esos senos blancos y sus pezones como fresas la excitaron, sus manos buscaron su sexo, estaba empezando a humedecerse, sabía que debía acariciarse con sus dedos para mitigar esa pasión reprimida, sabía que entre sus piernas tenía un volcán a punto de estallar, sólo faltaba ese detonador para explotar, sin ...
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