1. Mi madre, mi diosa -2


    Fecha: 10/02/2020, Categorías: Sexo Oral Autor: Crusnik, Fuente: CuentoRelatos

    ... trataba de empujarse más sobre mi invasor dedo. Me quité las cobijas. Mi pene estaba rígido y apuntando al techo.
    
    —¡Muy bien mamá! Entonces lo mejor es que metas mi vara en tu coño de mami ¿No?
    
    Ávidamente se subió a la cama, sacando mi dedo de ella y posicionándose sobre mi pene. Tomándolo en su mano lo dirigió a su abertura y se empaló. Sentí los músculos de su coño apretar mi pene en su totalidad.
    
    —Tienes un buen coño mamá.
    
    —Gracias, bebé.
    
    Se levantó hasta que la punta estaba justo dentro de ella y entonces se dejó caer de nuevo. Me estiré y pellizqué suavemente sus pezones.
    
    —¿Cómo lucirían si les pusiéramos un piercing mamá? ¿Te gustaría eso?"
    
    —Si quieres, hijo. –Volvió a bajar. Sonidos líquidos llenaron el cuarto mientras mi pene golpeaba su cerviz.– ¡Oh síííí´! –Chilló– Si lo quieres haré lo que sea. Soy tu coño de mami.
    
    Comenzó a rebotar rápidamente mientras yo me empujaba para ayudarla.
    
    —Voy a mostrar que hermoso coño de mami estaba oculto bajo todas esas tristes ropas que usabas. –Le di una nalgada.
    
    —¡Sí, querido!... Puedes lucirme alrededor de la ciudad. ¡Sí!... Lucir coño... Lucir el coño de mami.
    
    Le di una última nalgada y me vine dentro de ella. Rociando el interior de su coño con mi ...
    ... semilla.
    
    ¡Me vengo!... ¡oh me vengo!... ¡mami se viene! –Gritó cuando me quedé dentro de ella y se derrumbó bruscamente sobre mí. Cuando se calmó le di palmaditas en su trasero.
    
    —Mi pene está todo pegajoso y creo que deberías limpiarme –Ella me miró– Con tu boca por supuesto."
    
    Sonrió y se bajó de la cama, rápidamente engulló mi pene semierecto en su boca. Nuestros jugos mezclados fueron tragados en segundos.
    
    —Y cuando termines con mi pene debes recoger cuanto puedas de mi semen de tu coño y tomártelo también. No quieres desperdiciar nada ¿Verdad? –Sonrió con sus ojos. Su boca se movía arriba y abajo mi rígido pene.
    
    Me recosté de espaldas y pensé en cuanto había cambiado mi vida.
    
    Al volver a casa, el lugar olía a sexo. Se oían gemidos y sonidos líquidos. Mi tía y abuela estaban follando. Al vernos nos sonrieron.
    
    Al pasar algunos días el personaje oscuro volvió y quería cobrar. Mi mamá se puso nerviosa.
    
    —Yo cumplí con ustedes dos. –Me miró y me dijo– ¿No lo sabías? Tu madre quería que tengas el valor de poseerla.
    
    Pensándonos entregar, mi tía y abuela se ofrecieron voluntariamente a ir siempre y cuando continuaran follando entre ellas. Ellas se sacrificaron por nuestro amor y con esa muestra de amor sincero no podía luchar. 
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