1. Pollones y tetazas


    Fecha: 15/06/2017, Categorías: Hetero Autor: cunegundo, Fuente: CuentoRelatos

    ... abajo y me lamió el clítoris con maestría. Los tetones de Laura estaban duros y los empujó contra mi vagina. Me corrí.
    
    Manuel con su fuerza me sentó sobre él con el culo hacia detrás. Y me folló. Sentí su enorme nabo en mi vagina. Me dio 20 embestidas y se separó para que su esposa juntase su coño con el mío.
    
    Me volvió a separar el fuerte brazo de Manuel y me lamió el coño de arriba abajo. ¡Podéis imaginaros como lo estaba pasando! ¡Qué apasionado era ese hombre!
    
    Me metió la lengua bien dentro del culo. Y al mismo tiempo Laura me metió un dedo en la vagina. Eso me hizo explotar. ¡Que dulzura!
    
    Durante la jodienda Manuel se había corrido ya. Se levanto y se marchó a la otra habitación dejándonos a las dos mujeres solas.
    
    ¡Eso es lo que estaba deseando! Y no es que despreciase la gran polla de Manuel pero la verdadera razón por la que me había anunciado en internet era para estar con una mujer a solas. A laura le pasaba lo mismo.
    
    Sentí una mordida en el pie derecho y era ella que me lo estaba comiendo. Me subió un calor tremendo. Nos revolvimos tapadas por las mantas y las sábanas como en una pelea de gatas y le cogí su pie hasta conseguir introducirme unos dedos en mi vagina. Me estaba forzando a mi misma con una mujer. Le puse mis tetas delante de su boca para que me las comiese a besos. Lo hacía mejor que su marido. Le acaricié el clítoris con mucha suavidad y le noté un espasmo.
    
    Apretujé mis tetas con las suyas. Las ...
    ... de ella eran más grandes. Jadeábamos y suspirábamos. La polla grande Manuel primero y luego aquellos tetones. Apreté mis tetas en su vagina como ella había hecho antes conmigo. A cambio me lamió el pezón rápidamente. ¡Que bien lo hacía! Mejor que los hombres. Cogí de nuevo su pie y me lo metí entre las tetas, haciéndome una cubana. Y ella me hizo a mi los mismo. ¡Qué duros los tenía! ¡Y qué grandes! Acerque mi pezón para que tironeará de él. Me acercó su pie y me lo metí en la boca hasta la mitad como si fuese una polla ancha. Volvió a lamerme el pezón y apreté los dientes. Me metió tres dedos en el coño. Por ahí salía de todo.
    
    Me abracé a ella pezones contra pezones más duros que la polla de un chico de 15. Me lamió el clítoris como no me lo habían hecho antes. Es que era una mujer. Cuando parecía cansada arrimé mi coño a su cara de nuevo como un perrillo faldero. Dejé que me metiese dos dedos. Me acercó su pezón y lo cogí con un poco de fuerza, apretando. Acerque de nuevo mi vagina a su boca suplicando y por fin me lo chupo entero. Cerré los ojos. Tuve un escalofrío. Dejé que me metiese su pie entre las tetas y tuve un orgasmo. Apretamos nuestras vaginas como lo habíamos hecho antes hasta terminar extenuadas y empapadas de sudor y sexo.
    
    Luego quise volver a repetir con aquel matrimonio pero me dijeron que nanay, que ellos no repetían. Me llevé un gran disgusto. Sueño con Laura todas las noches. Pero ella ama demasiado a su marido. 
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