1. Pollones y tetazas


    Fecha: 15/06/2017, Categorías: Hetero Autor: cunegundo, Fuente: CuentoRelatos

    Me llamo Juliana. Tengo 20 años. Desde muy jovencita he tenido muchas experiencias sexuales. Pronto descubre que era una chica muy ardiente.
    
    Cuando me compré un ordenador y puse internet descubrí que me excitaba viendo fotos de aquellos hombres bien dotados y aquellas mujeres de pechos grandes.
    
    Yo tengo mucho pecho. Me encanta la lencería. Soy muy exhibicionista. Tengo el cabello castaño y los ojos verdes. Soy guapísima. Me gusta bañarme en perfume.
    
    Pronto descubrí las páginas de contactos en donde puedes si quieres dejar una foto. Y no tarde en hacerlo. Y me contestaban. Me atraían especialmente más las mujeres que los hombres pero si ellos estaban muy bien dotados se me hacía la boca agua.
    
    Recibí el mensaje de un matrimonio. Ella tenía 27 años y el 40. Me parecieron muy simpáticos desde el principio.
    
    Nos dimos los correos de email y terminamos en el messenger. Pronto nos intercambiamos las fotos. Ellos se quedaron muy impresionados conmigo. Él era muy corpulento. Ella me entusiasmó. Me mandó varias fotos enseñándome sus pechos. Eran grandes. Para comérselos. Más que los míos que también son estupendos. Se me entornaron los ojos. La mayoría de las conversaciones las tenía con ella que siempre fue quien más me atraía. ¡Cuánto deseaba estar con una mujer!
    
    Hablamos por teléfono y quedamos. Fuimos a una cafetería. Me parecieron agradabilísimos. Ël era majo pero ella me gustaba mucho y creo que yo a ella también.
    
    Quedamos un sábado por la noche para meterme ...
    ... en su cama de matrimonio. Esta idea me humedecía. Manuel Y Laura que es como se llamaban eran un matrimonio experto y al que le gustaba experimentar constantemente. Laura era bisexual.
    
    Primero me desnudé yo. Me di cuenta que mi juvenil cuerpo enloquecía a Manuel. Y a Laura le gustaba mi cara. La siguiente en desnudarse fue la esposa. Sus grandes pechos me pusieron bizca. Peró faltaba la sorpresa. Manuel se bajo el slip y salió un misil erecto. Me pareció que debía medir unos 27 centímetros. Creí estremecerme. ¡Que pareja espectacular! A él quería chupársela hasta el fondo y a ella quería tirarme a por sus pechos y no soltarlos. Ni con las manos ni con la boca.
    
    Laura apago la luz y nos metimos en la cama de la locura.
    
    Mi pie estaba helado y noté una mano caliente que me lo cogía. Era Manuel y su manaza. Manuel era un hombre grande. Me sentí muy confortable. Me acercó su boca y las juntamos. Nuestros alientos, labios y lenguas. Me sentó sobre él me bajo el tanga y así sin más me la metió por el culo. Todo ese inmenso pollón. Nunca había sentido nada igual. Laura con su una larga me rascó un pezón. El dolor se convirtió en placer.
    
    El marido me sacó el pene despacio. Me cogió un dedo y se lo metió en la boca como si yo tuviera polla. Después se puso a lamerme y succionar las tetas haciéndolo muy bien. Y Laura pasaba la punta de su lengua por mis pezones duros. Manuel me lamió el otro pezón. Cada uno de ellos tironeaba. ¡Qué bien lo estaba pasando! El macho bajó hasta ...
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