1. Divina Confesión


    Fecha: 24/06/2017, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ¿las mujeres estaban vestidas o desnudas?
    
    Desnudas me contestó, pues entonces, ¿porque estas tu vestida?, la niña empezó a desnudarse hasta quedarse en solo con unas braguitas blancas con corazoncitos rojos, lentamente se las fui bajando y aprovechando que el sacristán había cerrado la puerta de la iglesia y se había marchado llevé a la niña de la mano hasta el altar y deposité las braguitas dentro del sagrario, cerrando la puerta plateada, dije; así el Señor podrá conocer el alcance de tu pecado y perdonarte, volvimos a la sacristía y besando y lamiendo todo su tierno cuerpo le pedí tumbándome en la alfombra que me escupiera dentro de la boca, para expulsar a los malos espíritus –el cuerpo siempre pide experiencias mas extravagantes- la niña me lanzo dos escupitinajos a la boca, que me supieron a miel, los tragué como si de un manjar se tratara, tras realizarle un culiningus me percate de la estrechez de aquel agujerito y de lo difícil que sería penetrarla, mientras lamía la vagina le lancé un dedo ensalivado al ano, el cual era muy estrechito y redondo, notaba las contracciones de su recto ante aquel invasor, de vez en cuando sacaba el dedo y lo volvía a chupar, para lubricarlo, quedándome en la boca un delicioso ...
    ... sabor a culito virgen. Se hacía tarde y no había tiempo que perder, tumbándola en el sillón inicié la penetración, la cual fue extremadamente difícil por la estrechez de su vagina, no solo le dolió a ella , -la verdad es que disfrutaba mas restregando la punta del capullo por su rajita- el caso que una vez alojada en su interior empecé a sentir placer, comprobé que estaba húmeda, pues mi polla resbalaba con facilidad, cuando la saque comprobé que era la sangre de su himen, me corrí a borbotones por tu tripita y sus muslos, después de limpiarle el semen y la sangre, le conté que había sangrado como penitencia por su pecado pero que ya estaba absuelta y por tanto en gracia de Dios, tras vestirla la amenacé (por si acaso) que lo sucedido estaba bajo secreto de confesión y que si lo contaba en casa, me vería obligado en la primera homilía de Domingo decirle a todo el pueblo la película que vio con su prima y amiga, además de no poder hacer la Primera Comunión, por ser una mala cristiana.
    
    Si a través de los comentarios recibo peticiones escribiré sobre otros usos y abusos de este humilde sacerdote.
    
    Sabed que en España hay crisis de vocaciones, así que si alguien se anima pueden convertirse en leales servidores de Dios. 
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