1. Un chico lindo, demasiado lindo (final)


    Fecha: 20/01/2020, Categorías: Infidelidad Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... entradita con la yema del dedo medio.
    
    -Sí, señora… síiiiiiii… -y de repente la penetración del dedo medio y de inmediato el índice, ambos hasta los nudillos de un único embate. El chico corcoveo en medio de un largo gemido de placer y ese goce se fue incrementando a cada ir y venir de esos dedos dentro de la deliciosa colita que Hilda observaba fijamente con mirada extraviada y el rostro deformado por la más intensa calentura. El chico se masturbaba entre gemidos y jadeos y acompañaba los embates de esos dedos violadores con movimientos de sus caderas hacia delante y hacia atrás hasta que de pronto los jadeos se acentuaron y el chico alcanzó el orgasmo con varios chorros de semen acompañados por un largo gemido.
    
    Hilda miró ese semen, le pasó un brazo por delante del cuello para evitar que cayera, le dio un chirlo y luego de besarlo en la oreja derecha le dijo:
    
    -Mmmmhhhhh, cuánta leche, putito… Vas a tragarla toda, ¿cierto?
    
    -Yo… yo hago todo lo que usted… todo lo que usted quiera, señora Hilda…
    
    La matrona se estremeció, excitadísima, ante semejante y sorpresiva muestra de sometimiento.
    
    -Es que… usted me hace gozar muchísimo, señora… -explicó el chico que procuraba normalizar su respiración mientras sentía en su interior que empezaba a estar atado a la voluntad de Hilda.
    
    -Muy bien, nene nena, ahora ya sabés lo que tenés que hacer… -dijo la mujerona liberando el cuello del chico.
    
    -Sí, señora… respondió el jovencito. Se puso en cuatro patas y acercó su ...
    ... rostro al piso de la bañera para después ir lamiendo y tragando los goterones de su semen en tanto Hilda le daba chirlos en esas nalguitas que la posición ampliaba.
    
    -Ya está, señora… -anunció el chico y entonces la mujerona le ordenó que se arrodillara ante ella y abriera bien la boca, para comprobar que efectivamente había tragado todo el semen.
    
    ……………
    
    Los meses iban pasando y el chico vivía entre la humillación de su sirvientazgo, el dolor que le provocaba la pija de don Ernesto, su asco al tragar el semen del viejo y el placer cada vez más intenso que sentía cuando su culito era penetrado por los dedos de Hilda. Sus dieciocho años estallaban en orgasmos abundantes y tragar su propio semen era para él como un tributo a esa mujer a cuya voluntad estaba completamente entregado.
    
    Hasta que una noche, después de haberlo cogido con más violencia que de costumbre, al punto de hacerlo sollozar de dolor con la pija metida en su culo hasta los huevos, don Ernesto le dijo mientras el chico enjugaba sus lágrimas con ambas manos y procuraba controlar sus sollozos:
    
    -Mañana te vas, putito.
    
    -¡¿En serio?!
    
    -Claro, ya te di bastante pija, así que mañana volvés a tu casa, pero oíme bien lo que vas a decirle a tus papitos para explicarles qué te pasó. –y el chico escuchó, asombrado, lo que al sátiro se le había ocurrido.
    
    -Y ni pienses contar la verdad, putito, porque si te hacés el loco tus papis van a recibir esas fotos.
    
    -No, don Ernesto… Yo… yo les voy a contar lo que ...