1. El vagabundo y su dama (Parte 3)


    Fecha: 19/01/2020, Categorías: Dominación / BDSM Autor: danisampedro91, Fuente: CuentoRelatos

    ... estás! Me decía abrazándome a él. Y este culito, a ver cómo lo hemos dejado, decía metiéndome 2 dedos en el culo.
    
    En esos momentos se escuchaba cómo daban unos golpes en la puerta, llamando.
    
    ¡Uy! Parece que vamos a tener invitado, mi amor. Vas a tener que complacer a nuestro particular espectador de esta noche.
    
    El vagabundo fue abrir la puerta, quedándome yo en la cocina tapado por la manta que me había traído el vagabundo.
    
    Escuché cómo abría la puerta y una voz que decía, ¡hola! Pasa pasa, dijo el vagabundo. Luego cerró la puerta y le dijo al viejo que había dejado entrar, ven vamos para la cocina.
    
    Al llegar donde estaba yo, el viejo que nos estuvo mirando cómo follábamos, se presentó, le dio la mano al vagabundo, diciéndole que se llamaba Jesus. Yo soy Martín, le dijo el vagabundo, y él es Dani, le dijo señalándome.
    
    Menudo espectáculo que te hemos dado, ¿eh? Le dijo el vagabundo.
    
    Pues sí, mira cómo me habéis puesto, dijo el viejo sacando su enorme polla y enseñándonosla.
    
    Traía puesto un pantalón de chándal y una sudadera. Solo bajó el pantalón del chándal, y salió cómo un resorte la enorme polla que tenía.
    
    Menuda cogida que le has dado. Me habéis dejado la pija bien tiesa y a punto de reventar.
    
    ¿De donde eres? Le preguntó el vagabundo, pareces argentino por el acento que tienes.
    
    Sí, pero tengo la doble nacionalidad, ya que mi madre era española.
    
    No, solo lo digo por la manera de hablar, lo demás no me importa de dónde eres.
    
    Así que ...
    ... anda y aprovecha si quieres follarte a mi damita, dijo el vagabundo abrazándome a él, mientras me destapaba dejándome en pelotas delante del viejo.
    
    Joder, este no se hizo de rogar, se abalanzó hacia mí, empezando a devorarme la boca y acariciarme con sus manos. Era como un pulpo rodeándome con sus tentáculos, no había parte de mi cuerpo que no acariciara y sobara. Mientras el viejo me iba sobando y lamiendo el cuello, yo llevé mi mano a su foronga, empezando a descapullarla y acariciarla. Menuda polla que tenía el viejo, aquello me iba abrir el culo bien abierto. Y los huevos, menudas pelotas que se gastaba, debían estar a tope de leche, seguro que me iba dejar bien preñado el culo.
    
    ¡Ohhh maricón que bueno! Que puto que sos. Te voy culiar bien culiado. Te voy a dar una buena cogida, maricón.
    
    Llevó sus dedos a mi ano, introduciendo 2 de ellos de una vez.
    
    ¡Ufff! Si que te ha dejado el potito bien abierto. Que linda colita tenés maricón.
    
    Vamos para fuera, que te voy a coger esta colita, so puto. Quiero garcharte donde lo estabais haciendo. Quiero que te vean cómo te coge un macho, y cómo culiamos.
    
    Después de sacarse el pantalón del chándal, fuimos los 3 para el patio. El vagabundo colocó la manta sobre el poyete, sentándose sobre ella. Quedate así de pie, dijo el viejo colocándose a mi espalda. Agachate y colocá las manos aquí, dijo señalando el poyete.
    
    Deja que lo aguanto yo, dijo el vagabundo sentándose delante mía, así mientras tu le das por el culo, me ...
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