1. Las otras historias – Rosario, La chica de provincia 2da parte.


    Fecha: 01/01/2020, Categorías: Hetero Autor: Fernando X, Fuente: CuentoRelatos

    Ya había pasado algo de tiempo desde que nos habíamos revolcado en su cuarto. Y aunque ambos buscábamos la oportunidad para intimar nuevamente, había que cuidar muy bien las apariencias. Yo estaba a mitad de mi carrera, tenía muchas actividades fuera de casa y muchas amigas con quienes pasaba momentos muy agradables. No podía darme el lujo de echar todo eso a perder, por la calentura de volver a echarme un polvo con Rosario. Eso sí, aprovechábamos cada oportunidad para platicar, juguetear y tocarnos furtivamente.
    
    Rosario iba cada dos meses a su pueblo, por unos cinco días, ahí aprovechaba para ver a su hijo, quien había quedado al cuidado de su mamá y llevarles dinero a sus papás. Al volver, y gracias a que después de ese primer encuentro que tuvimos, nuestra relación volvió a ser de buenos amigos, siempre me platicaba de todo lo que ocurría por allá y la tristeza que le daba al tener que dejar nuevamente a su hijo.
    
    Fue así como le sugerí, que tenía que cambiar su forma de vestir y arreglar su cuerpo, para verse más atractiva. Le comente sobre la mala imagen que causaba el exceso de bellos en su cuerpo. Por lo que planeamos ir un domingo de compras al centro de la ciudad, para que comprara todo tipo de ropa, mucha de la cual yo le ayudaría a escoger. Aprovechamos para pasar a una farmacia y mientras ella compraba una crema depilatoria, un rastrillo y una crema, yo aproveche para comprar una buena dotación de preservativos, pues la idea era pasar después de las ...
    ... compras a un hotel y echarnos un buen polvo.
    
    Buscamos uno pequeño y barato (pues sería ella quien financiara la aventura), lo primero que haríamos seria depilarla, por lo que al llegar, nos metimos inmediatamente a bañar y ahí empezamos con la sesión, primero sus piernas y luego sus axilas, lógicamente por estar desnudos y tocándonos constantemente, las caricias empezaron entre ambos, yo aprovechaba cualquier momento para sobar sus bubíes y todo su cuerpo al tiempo que le pasaba mi verga sobre su culito cada vez que se agachaba, ella respondía con leves gemidos y besos provocativos. Ya para ese momento, estábamos los dos en punto de ebullición, pero todavía quedaba por depilar su zona erógena, primeramente cortamos el largo de sus bellos, había que cortar en toda su área, el contacto continuo de mis hirvientes dedos (que aprovechaban toda oportunidad para oprimir o entrar a sus áreas más sensibles) y con el frio de las tijeras, provocaba en ella una serie de espasmos que casi la llevaban al éxtasis. El resto fue terminar el trabajo de depilado lo más rápido posible, pues ambos estábamos que reventábamos.
    
    Ahí mismo en la ducha, Rosario, se arrodillo para propiciarme una mamada deliciosa ayudándose con sus manos y sus afiladas uñas. Me acariciaba con sus uñas en toda la superficie de mi pene, desde mis testículos hasta el sensitivo glande. La sensación era indescriptible: era una mezcla de placer y dolor cada vez que sus uñas pasaban por la cabeza de mi falo. Mojándolo con su ...
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