1. Mis cuentos inmorales. (Entrega 25)


    Fecha: 14/12/2019, Categorías: Confesiones Autor: Febarsal, Fuente: CuentoRelatos

    ... ¡hala! para el "otro barrio".
    
    Decidí instalarme en el hotel Marien Coral by Hilton de Puerto Plata localidad paradisíaca de Playa Dorada. Estaba absorto conmigo mismo cuando sentí que llamaban a la puerta de mi habitación.
    
    -Sí.
    
    -Hola señor. Soy la camarera y le traigo lo que ha pedido en la cafetería.
    
    Ya ni me acordaba. -Pase, pase, por favor.
    
    ¡Coño! ¡Qué pedazo de tía! 1.75 de estatura. Aquellos pechos no eran normales; ninguna mujer tiene el pecho perfecto. ¡Juro! que esta niña si los tenía. La hermosura de su rostro era tal, que era casi imposible poder apartar la vista de aquella boca, ojos y cabellos. Eran como imanes que irremisiblemente te atraían. Lo que soy incapaz de describir son sus caderas, tafanario y muslos; ¡irrealizable! Me pierdo entre ellos.
    
    ¡De repente una luz misteriosa se encendió en mis tegumentos! ¿Y por qué no "me suicido" entre los muslos de esta hembra?
    
    Elsa es su nombre. Me hizo el amor en una dimensión desconocida. Con mi ex mujer, Rosa, nos limitábamos a la postura del misionero y ¡pare usted de contar!
    
    Con Elsa descubrí que el amor va mucho más allá de las fronteras que yo lo limitaba; que el amor de una mujer como ella es cósmico, galáctico, astronómico... extra terrestre.
    
    Después de una felación que extrajo de mi cuerpo todas las vitaminas que lo sustenta, y de mi alma todas los espíritus que la atormentaban, mirándome a los ojos con una expresión que me transportaba, y que semejaba a la virgen más pura en su ...
    ... candidez, me dijo:
    
    -Félix, Sería para ti una esclava, tu cautiva, tu prisionera, si me llevaras contigo a España.
    
    La puse dos dedos en su boca para que callara.
    
    -¡Por favor! Elsa. Qué no soy ningún tirano.
    
    -Además, dijo muy dubitativa y temerosa. Si también pudieras llevar contigo a mis primas Sara y Vera te adoraríamos como al dios Oaxaca y Teojomulgo.
    
    ¡La madre que me parió! Cuando Elsa me presentó a sus primas se me cayeron al suelo "todos los palos del sombrajo".
    
    Hoy soy el hombre más feliz del mundo. La empresa me ha doblado el sueldo y me ha nombrado director comercial. Elsa, Sara y Vera viven en mi piso de la Castellana de 300 m2, de Madrid; cada una en su habitación. Mi casa no es una casa, es el paradigma de lo bello, lo celeste, la limpieza, la organización.
    
    Las tres besan por donde yo piso. Mando a sus respectivas familias de Santo Domingo 500 euros cada mes, y a ellas les doy mil euros al mes para sus gastillos.
    
    Sólo les he pedido un favor: que me dejen respirar un poco; que no las puedo follar a las tres todos los días. Son tan comprensivas las pobres, que me tienen tan sobrealimentado que estoy engordando unos kilitos. Soy el hombre más feliz del mundo.
    
    Epílogo
    
    Me ha dicho mi confesor que me voy a condenar al fuego eterno por vivir en pecado mortal. ¡Pero coño! Más mortal era el suicidio que Dios ha evitado gracias a la fe que le tengo.
    
    A mi ex mujer, le he puesto un telegrama con una sola palabra.
    
    ¡Perreeeeeefffffff, 
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