1. Mis cuentos inmorales. (Entrega 25)


    Fecha: 14/12/2019, Categorías: Confesiones Autor: Febarsal, Fuente: CuentoRelatos

    Me llamo Félix, tengo 45 años y quiero contaros como un hombre puede pasar de la desesperación más terrible y a punto de suicidarse, a la felicidad más completa en muy poquito tiempo. Es imprescindible que se sepa algo de mi personalidad para llegar a comprender las reacciones que se van a contar en este relato.
    
    Soy un hombre conservador, muy de derechas. Con unos conceptos de convivencia social muy definidos basados en el respeto, en la disciplina, el orden la moralidad, y sobre todo, fiel cumplidor de los preceptos que nos manda nuestra Santa Madre la Iglesia Católica. Estos son a grandes rasgos mis parámetros para andar por la vida.
    
    Profesional de la informática bastante cualificado, adjunto a dirección de una multinacional y con unos ingresos netos de 145.000 euros al año, más gastos de representación en mis viajes continuos por el mundo, pero sobre todo por Centro América.
    
    Me casé tan enamorado de Rosa a los 25 años, que todo mi mundo se eclipsó ante ella. Era mi universo, mi cosmos, nada era comparable con Rosa... Pero...
    
    ... Pero Rosa. Aquel capullo encarnado por el que mis sentidos perdieron toda su perspectiva, se tornó en una hiriente flor que en el corazón me clavó todas sus espinas.
    
    Me puso un ultimátum: o nos íbamos a vivir a un chalet en Puerta de Hierro y la compraba otro en Marbella para pasar los veranos, o me dejaba. Lo terrible es que Rosa henchida de razón, me hizo tal cantidad de reproches sobre mi comportamiento que no supe reaccionar ...
    ... ante tamaña injusticia. ¡Juro por Dios! que sólo vivía para ella. Después comprendí que para hacer feliz a una mujer como Rosa no es suficiente vivir sólo para ella, hay que vivir también para sus caprichos.
    
    ¡Imposible! Hice números y lo que ella me pedía más los servicios que tal demanda requerían, me suponían unos gastos de unos 24.000 € el mes. Se lo hice saber con la esperanza de que lo comprendería y solo obtuve de ella, una terrible respuesta:
    
    -Ah, tú sabrás lo que haces, pero tengo quién me ofrece eso y más.
    
    Ver en su rostro la dureza del pedernal y la veracidad de su amenaza que sólo pude derramar dos lágrimas que sin poderlo evitar se me deslizaron por mis lagrimales.
    
    Caí en tal espantosa depresión que sólo veía una salida a mi horrible crisis. ¡Ay! que ver como se puede perder esa profunda fe que crees tener y tus convicciones religiosas en un segundo. Yo, al borde del suicidio por un amor que aún sabiendo del que no era merecedor, no podía apartarlo de mis esperanzas ¡Pobre de mí!
    
    Mi empresa "El ABC del PC" que así se denominaba, me pidió que sin demora fuera a Santo Domingo para entablar relaciones comerciales con un compañía nacional que se iba a establecer en la República Dominicana.
    
    Pensé que era la situación ideal para llevar a cabo mi proyecto de suicidio. Quedaría bien con mi empresa y después de solucionar mis cometidos me suicidaría. ¡Qué mejor que en El Caribe! Lejos de todo lo que me angustiaba; una simple nota a la empresa y al juez y ...
«12»