1. La dulce Julia, buena esposa y madre


    Fecha: 13/12/2019, Categorías: Lesbianas Autor: Gab, Fuente: CuentoRelatos

    ... metiéndosela y sacándosela, pero sin llegar lejos. La verdad, había recibido mejores mamadas. Estaba claro que a Luis no le chupaban la polla con asiduidad. Pero esto me excitaba aún más. Julia me estaba chupando la polla lo mejor que sabía, y ver esa preciosa cara, esos ojos negros que me miraban de vez en cuando mientras se metía y sacaba mi polla de su boca... estaba en Valhala.
    
    Quería follarmela, quería sentir mi polla dentro de ella, no podía esperar más. Interrumpí su mamada y la empujé a la cama. Me puse encima de ella, abrió sus piernas, y coloqué mi polla a la entrada de su coño. Julia respiraba rápidamente, y me miraba a los ojos. Empecé a meterla poco a poco, y vi cómo su cara iba cambiando hasta que cerró los ojos de placer.
    
    Seguí metiéndola y sacándola, cada vez con más ritmo. Tenía el coño mojadisimo. Estaba en la gloria, me estaba follando a mi fantasía. Julia estaba gozando también, gemía cada vez más con cada estocada que la metía, mientras abría y cerraba los ojos, y me rodeaba con sus brazos. Me gustaba sentir sus tetas en mi pecho. Levanté mi cuerpo con los brazos para poder ver cómo sus tetas bailaban con la acción. Mientras me la follaba, sus preciosas tetas se movían acompañando, y la cara de disfrute de Julia era algo para recordar.
    
    Después de un rato, quise probar otra posición. Le dije que se pusiese a cuatro patas, y obedeció al instante. Me puse detrás, desde donde tenía la mejor visión de su culo, que cada vez me gustaba más. Esta ...
    ... posición es la que más me gustaba por tres motivos.
    
    Primero, por lo psicológico. Tenía a Julia, hasta hacía 15 minutos la fiel y dulce mujer de Luis, en una posición de sumisión esperando impacientemente a que se la metiese, lo que hice sin esperar más.
    
    Segundo, porque según me la follaba, mi pelvis chocaba contra su culo, lo que provocaba una sensación estupenda, y un sonido hueco al golpear digno de película porno. Seguí metiéndola a buen ritmo, Julia volvía a gemir placenteramente con cada arremetida, y golpeaba con mi pelvis con ganas contra su culo con cada metida. Me encantaba.
    
    El tercer motivo. En esta posición, sus tetas volaban descontroladas. Inclinándome un poco, podía alcanzarlas con mis manos, sujetarlas y estrujarlas. Noté que se me mojaban las manos. Era leche materna que salía de sus tetas... un efecto de follarte a una mujer en plena época de lactancia. Normalmente me hubiese disgustado, pero en ese momento me puso cachondísimo.
    
    Julia gemía descontrolada, un milagro que sus niñas no se despertasen. Entre gemido y gemido alcancé a entender que dijo que la notaba muy adentro. No sé si era un cumplido, o una queja, pero me dio igual, nada podía pararme ahora del placer de follarmela así.
    
    Bueno, en realidad si había una cosa. Estaba cerca de correrme, y quería ver otra vez su preciosa cara mientras follabamos.
    
    La di la vuelta, se tumbó y me puse sobre ella. Volví a metérsela. Julia tenía una cara de éxtasis, cada estocada era como un orgasmo para ella. ...
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