1. Susana, la guarrilla de mi instituto (Parte 3)


    Fecha: 02/12/2019, Categorías: Lesbianas Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos

    ... universidad, aunque fuera una “guarrilla”.
    
    Gracias a su amiga Lourdes encontró trabajo en una hamburguesería. El único problema es que tenía que llevar un uniforme también con falda corta.
    
    El primer día de trabajo se dio cuenta de que el encargado no le quitaba ojo de encima. Le pidió que la acompañara al almacén para traer kétchup, mostaza y reponer los servilleteros. La hizo subirse a un estante y así poder ver su culo, con la excusa de que era para coger unas muestras de regalo y unas nuevas cartas con los nuevos productos.
    
    Susana que entendía perfectamente a los hombres y además disfruta de lo salidos que estaban, estaba encantada de mostrar sus curvas al encargado. Sabía que así seguro ascendería pronto.
    
    Tres días después, decidió ir a trabajar sin bragas. El encargado volvió a pedirle que la acompañara a por más mostaza y kétchup. Cuando se subió a la estantería, no podía creer que estuviera viendo que no llevaba bragas.
    
    Podía ver las curvas de sus nalgas moviéndose de un lado a otro, haciendo que buscaba el kétchup y luego se giró para decirle que no lo encontraba.
    
    El encargado se quedó mudo tragando saliva mientras veía su coño depilado frente a él. ¿Cuánto hacía que no probaba un coño joven? Pues seguro que desde que él era joven también.
    
    Se subió con ella para buscar el kétchup y finalmente lo encontró. Volvieron a sus tareas, pero antes le preguntó si hoy podía quedarse después de cerrar.
    
    Susana asintió. Lo tenía en el bote.
    
    El día pasó ...
    ... rápido y llegó la hora de cerrar. Susana ayudó al encargado a cerrar y se fueron al almacén.
    
    —Bueno, imagino que sabes porque te he traído aquí.
    
    —Claro, conozco a los tíos de sobra. Todos queréis follarme. Desde que me crecieron las tetas ha sido así.
    
    —Esta vez solo quiero que me la chupes. No tengo condones y con una mamada me conformo.
    
    Se bajó los pantalones y el calzoncillo. Su polla estaba morcillona.
    
    Susana la agarró con su mano izquierda y comenzó a subir y bajar por ella. Al poco estaba erecta.
    
    —Quiero pedirle un favor, le dijo esta. Cuando vaya a correrse, avíseme. No le conozco apenas y no sé si tendrá alguna ETS o algo.
    
    —Tranquila, me correré fuera. Pero la próxima vez follaremos, ¿eh? Tengo preparado un ascenso para ti. ¿Quieres ser mi secretaria?
    
    —No llevo ni una semana aquí, dijo metiéndose su polla en la boca, y ¿ya quiere ascenderme?
    
    —Si, si, ah, que gusto, si serás mi secretaria, ya sabes, si, ah, ah, ah, viajes, dietas, y cuando quiera, ah, ah, ah, follaremos.
    
    Susana siguió con la mamada y como sabía que no la iba a avisar cuando se corriera, al notar que su respiración de aceleraba, se la sacó de la boca y siguió meneándosela hasta que se corrió, por cierto casi todo en su falda.
    
    —Perdona, ahora tendrás que lavar la falda. La he puesto perdida. No si se habrá alguna por aquí.
    
    Susana vio cómo buscaba otra falta por el almacén, con la polla perdiendo su erección y goteando aun algo de semen y no pudo evitar reírse.
    
    Al fin ...