1. Mi mujer y el negro: la pareja perfecta.


    Fecha: 27/11/2019, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... amigos, otros tres matrimonios, con los que nos reunimos casi todas las semanas. Lo típico, la cena, tomar unas copas, alguna vez un teatro, etc. Los viernes noches es costumbre de acudir a un bar familiar, en nuestro barrio.
    
    En el bar trabaja un camarero, Manuel, que es un negrito brasileño, color café con leche, mulato. Es muy atento y servicial, buen profesional, muy limpio tanto en su persona como en su trabajo. Culto (el chico estudia en sus ratos libres), atlético, alto (1,85). Es además bien parecido, nuestras mujeres dicen que les recuerda al actor Sidney Poitier.
    
    Los viernes nos solemos quedar tarde en el local. Cenamos, tomamos las típicas copas y después unas partidas de cartas. Habitualmente trasnochamos hasta el punto de quedarnos incluso después de cerrar el local. Cuando llega la hora, Manuel echa el cierre a la persiana metálica, apaga algunas luces y nosotros aguantamos una hora o dos más. Le damos una generosa propina que le compensa.
    
    Ni que decir tiene, que después de las copas, de estar animadas, las cuatro mujeres hacen referencias subidas de tono sobre Manuel. Sabido es que varias mujeres juntas se animan y ante la presencia de un joven negro (Manuel solo tiene 27 años), bien parecido, muy macho, se les alborotan las hormonas. Mi mujer es una de las más atrevidas, pues siempre ha tenido la fantasía de follar con un negro y ante la vista de este magnífico ejemplar se le mojan las bragas.
    
    Manuel tiene éxito con las mujeres, no hay duda. Y ...
    ... según me cuenta no tiene problemas para irse a la cama cuando lo desea, sean jóvenes o maduras. Aunque en el bar, al ser su trabajo, se vuelve algo reservado y soporta estoico las bromas de las mujeres.
    
    - Manuel, tú tienes que follar como una máquina, seguro….ajajaja
    
    - Tienes que presentarnos a alguna amiguita tuya, que nos lo cuente…
    
    Son frecuentes las insinuaciones de este tipo. El sonríe, contesta educadamente, procurando no pasarse, ya que la presencia de nosotros, los maridos, obviamente le corta un poco.
    
    Yo no juego mucho a las cartas, no me gusta. Y mientras lo hace el resto del grupo leo el periódico, veo la tv, y también me encargo de llevar y traer las consumiciones a la mesa, cosa que Manuel me agradece. A veces me siento en un taburete de la barra y charlo un buen rato con él, que me cuenta las cosas de su vida y sus andanzas.
    
    Viendo, por tanto, que mi mujer andaba bastante salida, culminé mi fantasía: para su cumpleaños le regalaría un encuentro y sería con Manuel, para más morbo de ambos. Así que comencé a trabajar el asunto.
    
    Uno de esos días, en que las mujeres andaban realmente excitadas, yo en la barra, algo apartado del grupo, preparaba el terreno con el camarero.
    
    - Hoy están calientes, eh Manuel….ajajajaja
    
    - Uffff… -me decía él-, eso me parece, Rodrigo. Están con unas ganas de echar un polvo que no veas.
    
    Las mujeres estaban provocativas. Mi mujer tenía la falda bien subida y exhibía casi todos los muslos sin pudor alguno. Otra de las ...
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