1. ¡No, por favor, no!


    Fecha: 18/11/2019, Categorías: Hetero Autor: Nancybella, Fuente: CuentoRelatos

    ... desagradable para mí y aun así, sin ningún tipo de remordimiento mi tío siguió penetrándome: "Ya has cogido, te siento bien sabrosa" expresó y yo seguía escuchando muy lejos su voz. Poco a poco, su verga fue logrando que yo fuera sintiendo placer. Tenía que reconocer que a sus más de 50 años el tipo era un experto. Estaba sobre mí, metiendo y sacando su enorme miembro y todavía con uno de sus dedos rasposos jugueteaba con mi vulva, casi haciéndome enloquecer, pero aún el miedo no se iba de mí, olvídense del hecho que me estaba poseyendo, según había escuchado él no era buena persona, había estado en la cárcel y debía vidas, por eso mi miedo a que me matara.
    
    Pero no me mató, más bien me la metió con toda su fuerza cuando se envolvió en la pasión. Mi coño húmedo y caliente lo fueron extasiando de placer y yo comencé a arquearme para apretar su verga, lo cual le hacía sentirse pleno de placer. Aún me escurrían lágrimas por el ataque y más porque él tuvo todas las ventajas al drogarme, pero su macana realmente me hacía sentir mucho placer conforme fue pasando el tiempo.
    
    El tío siguió y siguió, por más de 40 minutos me atacó con su enorme miembro y yo estaba que quería gritar de placer. Había tenido hombres bellos y vergudos hasta ese día que me habían enloquecido de placer, pero el tío sí que sabía hacer su trabajo aunque me esforcé para no delatarme: ¡Sabía que eras ...
    ... una puta, muévete desgraciada! gritó y realmente estaba muy excitado.
    
    Me volteó para tratar de penetrarme por el culo, pero realmente apreté las nalgas y me hice la difícil para que no lo hiciera. Por un momento pensé que me daría unas bofetadas, pero no lo hizo. Me colocó en posición de perrito y volvió a arremeter con dureza, pero lo sentía cada vez más excitado.
    
    Fue otra media hora de arremetidas. Tuve dos corridas grandiosas, pero aguanté las ganas de gritar porque realmente había hecho bien las cosas. Al final, se derramó dentro de mí y vaya que venía cargado, me dejó así en la posición de perrito y corrió al baño para buscar papel higiénico. En tanto, mi vulva regresaba el semen que había llenado todo mi interior.
    
    Yo guardé silencio y el tío regresó como si nada a la mesa. Yo quedé impactada, sólo atiné a vestirme y casi salir corriendo cuando mi tía llegó. Él murió como a los dos meses de lo ocurrido de un infarto al miocardio, pero antes de eso, yo viví en pánico pues mi período demoró en llegar un tiempo, hasta que todo volvió a la normalidad. No sé qué hubiera hecho si hubiera llegado a embarazarme y más de un tío.
    
    Demoré un tiempo para que todo volviera a la normalidad, pues ni siquiera la muerte de mi tío me devolvió la paz que buscaba. Tiempo después, seguí disfrutando del sexo, pero eso sí, consensuado y con los hombres y mujeres que yo quería. 
«12»