1. La granja: ¿premio o castigo? Patricia y Erick se confiesan


    Fecha: 13/11/2019, Categorías: Sexo Oral Autor: Crom, Fuente: CuentoRelatos

    ... pregunto.
    
    Sí, claro – dije girándome y dándole la espalda.
    
    Acomodo su pierna encima de la mía, acomodo su paquete en mi trasero y me abrazo, pude sentir su respiración en mi nuca.
    
    Siempre que podía en las noches hacia esto, pero de verdad no lo hacía con malicia – dijo susurrándome al oído.
    
    Si quieres puedes hacer más que eso – dije yo, mientras sentía como su verga crecía.
    
    Te lo agradecería muchísimo – dijo el con la respiración entre cortada.
    
    Inmediatamente me baje un poco el bóxer y el, el suyo, podía escuchar sus respiración entrecortada al mismo tiempo que me pasaba toda su herramienta por mis nalgas.
    
    Erick: si supieras cuantas noches me he tenido que masturbar solo sin tener a nadie, eso a la larga aburre y desespera.
    
    Sentía su barba picar y una electricidad recorría todo mi cuerpo y terminaba en la punta de mi glande, de un momento a otro posiciono la punta de su verga en mi ano, hizo una leve presión y yo di un quejido de dolor.
    
    Erick: Parece que esta noche no va a poder ser, mi papá ha hecho estragos.
    
    Yo: Discúlpame.
    
    Erick: Ni lo menciones, no tengo nada que disculparte.
    
    Tan solo rosaba su verga sin hacer intentos de volverla a introducir, podía sentir su hombría recorrer de arriba hacia abajo, se masturbaba con ...
    ... ellas y suspiraba, dejo su pinga en el perineo y con su pelvis empezó a simular que penetraba algo gire mi cuello y nos fundimos en un apasionante beso, las gotas de sudor empezaron a asomar y el olor de nuestros cuerpos producto del trabajo del campo me embriagaba más.
    
    Tardo varios minutos y gimiendo muy cerca de mi oreja se corrió con gusto, no sé cuántos trallazos fueron porque chocaron con la tela de mi calzoncillo pues aun lo tenía puesto, ambos quedamos en silencio, Erick se quitó completamente sus calzoncillos y los tiro al piso yo me quite los míos y puse sentir que había eyaculado abundante leche, me limpie un poco y lo arroje al suelo.
    
    Cambiamos de posición y me quede acostado sobre su pecho, podía percibir su aroma que me embriagaba, sus pelos en el pecho y en la axila era lo máximo, ya era muy tarde y teníamos que dormir.
    
    Erick: Gracias primito, te quiero un montón.
    
    Yo: No agradezcas Erick, yo también te quiero.
    
    Poco a poco el sueño nos envolvió y quedamos profundamente dormidos, emocionado por todo el cariño que hasta el momento me habían brindado.
    
    Gracias por haberme leído hasta aquí, próximamente estaré subiendo la parte que sigue.
    
    Si queréis contactarme escribirme al correo[email protected]
    
    Si vais a tener sexo, protégete. 
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