1. Clases de verano con Sarita 2


    Fecha: 10/09/2017, Categorías: Anal Masturbación Primera Vez Autor: predatorgapes, Fuente: xHamster

    ... historia, y entonces dejó de lado el maldito peluchito y se incorporó para acercarse a mi lado de la cama y darme un abrazo de los suyos. La estreché entre mis brazos, sintiendo el calor de su cuerpo y el olor de su piel sudorosa.Me pregunté si ese era el momento adecuado para pasar a la acción. O era simplemente uno de sus gestos de amistad que tanto apreciaba. Reposé una mano sobre el bajo de su espalda, a me retuve para no ir más abajo. Nada deseaba más en el mundo que volver a poner mis manos sobre su tierno culito, pero dediqué toda mi templanza a no hacerlo.Mirando sobre sus hombros, ví que en el lugar donde había estado sentada había dejado una nueva mancha de humedad. Noté otro tirón en mi polla, que en un estado ya imposible amenazaba con hacer estallar la bragueta. Tener a Sarita entre mis brazos, con su piel en contacto directo con la mía, solo agravaba más la situación.Cuando se separó de mí, quedó arrodillada sentada sobre sus pies, justo a mi lado, en el mismo lugar donde unos minutos antes había profanando su más oscuro orificio. Mantenía los muslos muy cerrados, lo que me impedía ver en su totalidad su sexo, pero hacía sobresalir su abultado pubis y parte de sus labios mayores.Me pareció más relajada de golpe, como si el abrazo la hubiera devuelto a su habitual naturalidad. Entonces cambió de posición y se estiró sobre la cama boca abajo, apoyándose sobre sus codos y con su cabeza muy cerca de mis piernas.—¿Y… cómo se siente? —preguntó entonces.—¿Quieres ...
    ... decir…?—Hacer el amor… ¿Cómo se siente? —insistió.—Bueno, es difícil describirlo exactamente… creo… —intenté responder—. Cambia un poco cada vez, según con quién lo hagas, o dónde lo hagas, o también cómo te encuentras en ese momento…Sarita me miraba confundida, supongo que esperando otro tipo de respuesta, apoyando su cabeza sobre una mano. Vestía solamente esa mínima camiseta de pijama, y de media espalda para abajo podía verla completamente desnuda. Su trasero se alzaba como dos colinas, que culminando sus perfectas curvas, protegían un valle por el que habría vendido mi alma para poder penetrar y explorar el resto de mis días.—No pero… ehem… —continué aclarando mi garganta e intentando reconducir mi explicación—, es increíble… la sensación digo… es muy placentero… Pero quiero decir que es una experiencia única entre dos personas, y para mí pues… a sido algo diferente de una vez a otra.—Aha… ya… —asintió ella, mordiéndose el labio inferior—. Supongo que es una de esas cosas que se tienen que vivir para entenderlo…La manera en que me miró al pronunciar esa última frase, y su tono de voz, me hicieron pensar por primera vez que quizá sí, se estaba insinuando. Puede que sonara menos inocente, de alguna manera, como queriéndome darme a entender algo, quizá que estaba interesada en experimentar conmigo.Pero no me dió tiempo a indagar en esa idea, para hacer algún un avance y tantear el terreno. El rostro de Sarita se dilató, abriendo los ojos como platos y levantándose de repente con ...
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