1. Ninguno como Felipe


    Fecha: 11/10/2019, Categorías: Hetero Autor: Lilqueen, Fuente: CuentoRelatos

    ... acaricié y él rozó mi clítoris hasta llegar a un motel. Sabía que no había marcha atrás.
    
    Entramos a la habitación ardientes de deseo. Felipe me besaba los labios, el cuello, el pecho. De inmediato nos desnudamos para sentir el calor de nuestros cuerpos y unos minutos después yo estaba tumbándolo en la cama para darle una buena mamada. Me sentía como una diosa. Masturbé su pene con mis dos manos, mientras con mi boca lamía el tronco y le daba chupitos, pasaba mi lengua en círculos por su punta y veía su cara de placer. Se lo chupé, me lo metí hasta el fondo y a él le encantaba. Yo me deleitaba como un niño con su helado favorito y él me veía con una mezcla de asombro, ternura y sobre todo placer. Cuando estaba al tope, se levantó y me besó con fogosidad, apretaba mis tetas y las besaba, lamía mis pezones. Esta vez él me tumbó a la cama y empezó a recorrer mi cuerpo con su lengua. Me daba mordidas y yo daba pequeños saltos de excitación. Finalmente llegó a mi sexo. Besaba, lamía, chupaba y mordía, siempre moviendo su lengua en círculos sobre mi clítoris. ¡Dios! No podía dejar de retorcerme. Se incorporó y apuntó su pene hacia mi vagina. Lo mojó con mis jugos y empezó a frotar mi clítoris con la punta. Cuando sentía que estaba a punto de venirme, apartó su pene de mi clítoris para meter sólo la punta en mi vagina. Hizo varios amagues de penetrarme. Estaba jugando conmigo, quería verme arder de placer y lo estaba logrando. Yo sólo quería sentir su pene adentro de mi. Cuando ...
    ... estaba por suplicarle que me lo metiera todo, como si hubiese leído mis pensamientos, me lo metió. No hubo tiempo para embestidas lentas. Estábamos tan excitados, que Felipe una vez adentro empezó a penetrarme rápido y de inmediato se escucharon mis gemidos. Me volteó, me puso en cuatro y siguió metiéndomelo cada vez más rápido, más rico. No podía ver muy bien su cara, pero estaba segura de que le estaba fascinando escuchar mis gemidos y ver mi gran culo en esa posición. Le avisé que estaba a punto de correrme y fue música para sus oídos. Alcanzamos el orgasmo juntos. Nos tumbamos en la cama, él encima de mí y con su pene todavía adentro.
    
    Cuando habíamos retomado fuerzas, se lavó el pene y me pidió que volviera a chupárselo tan rico como antes. Yo sin pensarlo volví y en cuestión de segundos su pene volvía a estar duro para mí. Él se sentó y yo me puse de espaldas a él, sentándome en su pene. Se sentía delicioso. Subí y bajé, le movía el culo en círculos como actriz porno mientras él me manoseaba las tetas o me tomaba de la cintura. Me volteé, lo besé y tomamos otra posición. Yo seguía arriba, pero ahora él estaba acostado. Yo me dejaba caer sobre su pene una y otra vez y frotaba mis tetas. Podía ver lo mucho que disfrutaba y yo sin duda estaba muerta de placer. Volvió a ponerme en cuatro y minutos después se corrió, esta vez en mi espalda. Sentir el caliente de su semen (a pesar de que hasta ese momento me desagradaba) fue una experiencia increíble.
    
    Felipe se tumbó boca ...