Vacaciones - Relatos Eróticos

Vacaciones

... verdad es que mi padre y la Vivi bailaban bastante pegados y la Vivi no hacía demasiado por evitarlo. Al cabo de unos cinco minutos llegaron mi madre y Luís.

Yo: ¿Dónde estaban?

Isabel: Habíamos ido al baño.

Yo: ¿Mucha cola?

Isabel: Si, pero ya ha bajado.

Sofía y Luís se rieron. No lo tome importancia, ya que miré hacia mi esposa y la vi bailando abrazada a mi padre. Este le decía cosas al oído y ella se reía. Tras unos minutos volvieron a la mesa. Seguimos hablando y bebiendo hasta que volvimos a casa y nos acostamos. Durante el camino de vuelta no hablé demasiado pensando en el baile del pub y lo que me dijo Sofía de que tuviera cuidado, pero al llegar a casa decidí olvidarlo y no darle mayor importancia, pensando que había visto cosas que no eran para tanto.

Por la mañana me levanté a eso de las diez y media. Ia Vivi no estaba en la cama. Bajé a la cocina y allí me encontré a mi madre.

Yo: ¿Dónde está la Vivi?

Isabel: Con tu padre. Quería ver los animales que hay y tu padre se los está enseñando.

Yo: Ah… vale. ¿Llevan mucho tiempo?

Isabel: No, unos quince minutos. ¿Por qué?

Yo: No, por nada.

En ese momento llegaron riéndose.

Vivi: Hola, ¿hace mucho que te has levantado?

Yo: No, hace poco. ¿Y tú?

Vivi: Hará una hora más o menos.

Yo: ¿Viendo animales?

Vivi: Sí. Quería ver lo que hay por aquí.

No me hizo mucha gracia la forma en que sonreían y menos después de lo que había pasado la noche anterior con el baile. La ...

... verdad es que me estaba incomodando la situación, pero trataba de disimular y no decir nada para no crear una situación violenta. Mis padres y la Vivi se llevaban bien y yo estaba muy a gusto con la Vivi y no quería estropearlo.

Durante la comida y toda la tarde, mi padre no paraba de mirar a la vivi. Mi padre se sentó al lado de la Vivi cuando fuimos a comer; yo me fui a sentar al otro lado, pero mi madre me dijo que la dejara ponerse allí, así que puse en frente de la Vivi (la mesa era redonda). Durante el almuerzo pude ver como mi padre le ponía la mano sobre los muslos de la Vivi y que ella no hacía mucho por evitarlo. Su mano colocada allí duraba poco, pero lo repitió varias veces. Durante la cena siguieron con ese “juego”, pero esta vez pude ver menos, ya que vinieron a cenar Sofía y Luís y a mí me tocó el sitio más lejos de la Vivi y mi padre que volvía a estar a su lado. Al terminar la cena, mi madre propuso jugar a las cartas.

Isabel: ¿Qué les parece si jugamos a las cartas?

Pedro: bueno.

Vivi: Sí, me parece bien.

Isabel: Bien, voy a buscarlas y jugamos.

La verdad es que en un primer momento no me agradó la idea, pero luego me pareció bien para olvidarme de los pensamientos.

Mi madre fue a buscar las cartas, pero al volver trajo las cartas, una botella de whisky y 6 vasos.

Isabel: Vamos a darle un poquito de emoción y diversión al juego. José y la vivi, nosotros solemos jugar de una forma un tanto especial.

Pedro: Sí. Nosotros jugamos a quince ...