1. Los zapatos rojos de taco aguja


    Fecha: 05/10/2019, Categorías: Anal Sexo con Maduras Voyerismo Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... mujercita se excitase todavía más y más…Su lengua siguió descendiendo y pronto llegó al pubis de Anita. Las manos del pibe arrancaron la tanga del escultural cuerpo de mi esposa y su nariz comenzó a aspirar ese tremendo olor a hembra en celo.Le hizo abrir los muslos y enseguida su lengua se perdió entre esos humedecidos labios vaginales.Entonces, sujetándose sobre los codos mientras besaba a Anita apasionadamente, la penetró por la concha con una estocada certera que sacó de la boca de ella un prolongado gemido de placer.Comenzaron a moverse con ritmo los dos y, después de un largo rato en esa postura, Ana lo empujó boca arriba y comenzó a cabalgarlo, con esa gruesa verga hundida hasta el fondo de su concha.Para no quedarme quieto solo como mudo testigo de esa tremenda cogida, me acerqué por detrás de Ana. Ella se balanceaba sobre esa verga con los ojos cerrados y se sobresaltó al sentir mi lengua lamiendo su estrecha entrada anal. Sonrió y asintió en silencio…De repente pude ver que Ana tenía su primer orgasmo. Mientras ella seguía rebotando sobre la pija del pibe, yo me acomodé entre sus muslos abiertos y empecé a empujar la punta de mi pija dentro de su ano.Anita se debatió sin dejar de cabalgar, pero al final aceptó que mi pija la penetrara analmente, hasta el fondo. Pronto encontramos los tres un buen ritmo sincronizado, lo cual hizo delirar a mi esposa de placer y ...
    ... gozo.El flaco fue el primero en acabar. Tensó la espalda levantando a Anita en el aire y luego volvió a caer, aullando como loco y explotando; llenando la vagina de mi esposa con su semen hirviente.Luego fue el turno de Ana, que tuvo un segundo orgasmo; mucho más intenso y audible que el anterior…Comencé a embestir su culo con más ímpetu, ahora que la verga del pibe parecía mantener su dureza y estaba todavía hundida en la concha de Ana.Mi esposa cada vez jadeaba más, ya casi estaba gritando y antes de que yo acabara, ella tuvo otro tercer intenso orgasmo, que la hizo temblar y estremecerse. Cayó sobre el cuerpo del chico y yo aproveché para penetrarla más a fondo. Eso pronto me hizo acabar y le llené el culo a Anita con mi leche caliente, mientras ambos aullábamos de placer.Anita desmontó del pibe y se dedicó a limpiarle la verga todavía dura con su sedosa lengua, mientras yo iba al baño.Al regresar, encontré a mi esposa en cuatro y con la verga tiesa de ese flaco hundida hasta el fondo de su ano. El pibe la sodomizó sin piedad y ella jadeó, aulló y disfrutó semejante cogida.Después de acabar los dos gritando a todo pulmón, Anita anunció que ya era suficiente para ella y sus orificios dilatados y repletos de semen…Nos despedimos del vendedor y salimos del local. Le pregunté a Anita si iba a repetir la experiencia con ese pibe y ella sonrió:“La próxima vez voy a venir yo sola…” 
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