1. Me volví la puta de un asaltante


    Fecha: 04/10/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Tona, Fuente: SexoSinTabues

    ... ya estaba con mis brazos hacia la espalda, y sentí como pasaba algo por mis muñecas, atando éstas después de unos instantes, quedando con mis brazos inmovilizados. “Por favor no me lastime¡”, volví a suplicar, o bueno, intenté, porque a media frase siento como algo blando entra en mi boca, impidiendo que siga hablando, para después encontrarme amordazado con un pañuelo hecho nudo entre mis dientes. Lo siguiente que hizo fue taparme los ojos con una venda, ajustándola bien por detrás de mi cabeza. Para ese momento ya estaba sin escapatoria, y a su completa merced, continuando con mis suplicas, pero obviamente sin que se entendiera nada de lo que decía. Después de hacerme eso, me empuja hacia la cama, asustándome bastante, porque creí que iba a caer hasta el suelo, y después lo escucho decir: “Sabes, cuando entro a casas donde hay una chica, siempre les propongo que, si me hacen sentir mucho placer, me voy sin llevarme nada, pero hoy me siento generoso, así que te hago esa misma propuesta ahora, que dices, ¿verdad que es una oferta que no se puede rechazar?”. Al escuchar eso me quedé completamente inmóvil, y a la vez aterrado, ¿acaso pensaba violarme ahí y ahora?, me empecé a retorcer en la cama, gimiendo desesperado, y rogándole que no, sin importarme que estaba amordazado. Obviamente eso no le importó en los más mínimo, así que lo siguiente que siento es como se acuesta en la cama, quedando detrás de mí, y enseguida empezando a apretarme y retorcerme las tetillas con una ...
    ... mano, y a manosearme mis genitales con la otra, por lo cual no tardo en empezar a gemir y retorcerme más desesperadamente intentando que me soltara, pero me tenía sujeto firmemente, además que con sus piernas había aprisionado las mías para restringirme aún más mis movimientos. Por culpa de todas esas estimulaciones y sensaciones, no tardé en tener una gran erección, lo hubiera querido o no, y al notarlo, enseguida empieza a masturbarme, no demasiado rápido, deseando que mi tortura se prolongara lo más posible. Después un rato, justo antes de que me corriera, se detiene, dejándome con ese clásico dolor de testículos cuando estas a punto y te detienes, respondiendo yo con un lastimero gemido. Lo siguiente que hizo fue decirme: “mira, te voy a hacer mía, pero como soy bueno, te lubricaré antes, aunque no veo nada con qué hacerlo, así que será tu propia saliva, te voy a quitar el pañuelo de la boca, pero solo para que me la chupes, y pobre de ti si intentas algo más, entendiste cabrón¡”. Diciendo eso sentí como me desataba lo que me impedía hablar, y como me cambia de posición, para después taparme la nariz, por lo cual abro la boca para tomar aire, pero en el mismo momento que me suelta la nariz, siento entrar en mi boca su trozo grueso de carne, el cual me llena toda la cavidad, y de inmediato empiezo a chuparlo desesperado, a pesar del asco que sentía, ya que sabía bien para que lo estaba haciendo. Llorando por dentro, sigo mamando esa verga dentro de mi boca, sabiendo que entre ...