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(23) Los amores de Ana Etxeberría
Fecha: 19/09/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Mister Neron, Fuente: CuentoRelatos
... desnudarse. -¿Se puede saber qué haces? -¿No sabes quién soy? ¿No te suena el nombre de Ana Etxeberría? -¿Tú eres esa Ana de la que tanto hablan? -La misma que ves. Ana acabó de desnudarse del todo al mismo tiempo que Paula soltaba la última cagarruta. -¿Ya has evacuado? -Sí. Ana se encargó de coger el papel higiénico, arrodillarse y limpiarla ella misma el culo. Paula se sintió incómoda pero no protestó. -Mmmmm, me encanta el color que tiene tu mierda –la observó Ana en el último trozo de papel higiénico. Incluso la olió con gusto-. Culo limpito. Levanta. Paula obedeció y colocando su pubis a la altura de cara de Ana. -¡Coño! -¿Qué pasa? –se extrañó Paula. -Por ahí va a entrar mi lengua en un minuto, pero antes debo hacer unas fotos. Ana cogió su móvil e hizo diez fotografías al interior del váter. -Parecen bombones Rocher Ferrero –reía Ana para luego sentarse ella en el váter-. Ven, zorra. -Te equivocas conmigo. Ni soy zorra ni soy tortillera. -Creo que la equivocada eres tú. Yo lo consigo todo en esta facultad y tú me encantas. Podemos hacerlo de dos modos. Follar ahora o hacerte acoso, tú pasarlo horrible y follar luego. Tú elijes. Paula suspiró y empezó a desnudarse. -¿Lo ves? Por fin nos entendemos. Tus bragas me las quedo y el papel higiénico con tu mierda la guardo como recuerdo. -Ahora veo que era verdad lo que decían de ti. -¿El qué? ¿Que soy puta? -Eso y que estás desequilibrada. -No te ...
... han mentido en ninguna de las dos cosas. -¿Si follamos ahora me dejarás en paz el resto del curso? -Promesa de zorra. Pero acércate más. No muerdo. Solo follo… eso es… separa los muslos… madre mía, tienes una huchita preciosa, Paula. -Gracias. -¿Te lo cuidas? -Ya lo ves, ¿no? Ana la agarró de las nalgas con cada mano, preparó la lengua y entró como una espeleóloga en una cueva. -Ahhhhhh –gimió Paula al sentirla dentro. Ana pasó a los chupetones clitoridianos. Esto mató de gusto de Paula. La verdad es que Ana tenía una boca muy traviesa y con mucha experiencia. Supo cómo llevar a Paula a un mar de placer lésbico. -MMMMMMM… coño… –Paula tenía que reconocerlo. Nunca sintió una experiencia parecida. La lengua de Ana hendió más aún y encontrando el punto G. A partir de este momento los gritos de Paula fueron constantes. Ella se apoyó en las paredes de cada lado y un pie en la taza del váter. Un minuto más de comida coñal y Paula alcanzó un orgasmo de los que nunca se olvidan. Soltó el grito más berraco y alto de todos, y luego silencio y jadeos. -¿Te ha gustado? –la miró Ana desde abajo. -Ha sido bestial. -Ya lo sé. Es lo que suelen decirme todas. -Te lo juro. Y yo me estaba perdiendo esto, joder. Ana se recostó en el váter y separó los muslos en postura parturienta. -Ahora me toca gozar a mí. Dale a la lengua. Paula se arrodilló y valorando el coño increíble de Ana. -Deja de mirar y come. Y Paula atacó con la lengua ...