1. Marisol – Mi madre y yo, una competencia permanente


    Fecha: 15/09/2019, Categorías: No Consentido Autor: Little Sex Warr, Fuente: CuentoRelatos

    ... de mi interior empezaron a correr flujos que solamente emanaban cuando me auto estimulaba en mi habitación o en la misma ducha. El noto mi inseguridad y para calmarme me dijo que le ayudara tallándole su espalda. Cuando termine y estando todavía más nerviosa, tomo la fibra y el jabón y me volteo para tallarme ahora a mí. Pero yo estaba cada vez más exitada, al sentir sus manos en mi cuerpo, no pude más y de mi pecho salió una fuerte exhalación junto con un notorio gemido de placer, fue la señal que él esperaba para sin ningún obstáculo de mi parte, empezar a tocarme por todo el cuerpo, el cual reaccionaba de forma instantánea ante las primeras caricias sexuales. Mientras sus manos recorrían mis pechos y mi sexo, sentí entre mis piernas y directamente en mi culo, el tumefacto tolete de su miembro que para ese momento estaba más que rígido por la caricia del cuerpo que tenía cerca.
    
    Cuando me giro para quedar de frente, yo ya deseaba con vehemencia me hiciera mujer en ese momento, más él tenía preparado otro plan.
    
    Cerró la llave del agua y sin secarnos me cargo y me llevo directamente a mi cuarto, me acostó en mi cama e inicio a besarme por todo el cuerpo, cuando llego a mi zona erógena, me llevo de inmediato a la gloria. Yo ya estaba entregada y solamente acertaba a pedirle que me hiciera mujer en ese momento.
    
    Me dijo que en la noche anterior, mi madre lo había dejado insatisfecho y con muchas ganas de echar un polvo y que ahora sería yo quien colmara sus ganas y ...
    ... satisficiera sus deseos.
    
    Tomo mis piernas con la parte interna de sus codos, las abrió y subió hasta la altura de mi pecho, se acomodó encima de mí y puso su verga justo en la entrada de mi vagina, y poco a poco empezó a penetrarme, yo gozaba el momento y el poco dolor que pude haber sentido fue absorbido por el intenso placer al que me estaba llevando. Me cogió como a una puta, una y otra vez encajaba su miembro dentro de mí, y en cada arremetida yo sentía que la vida se me iba por el chocho, en tres ocasiones me llevo hasta el paroxismo del orgasmo y en cada una de ellas, me recordaba que de ese momento en adelante yo sería su putita y que tendría que abrirle mis piernas cada vez que el me lo pidiera. Cuando estaba a punto de correrse, saco aquel instrumento de mi cuerpo, lo llevo a mi boca y me obligo a mamársela hasta que se vino entre mis labios. Lejos de sentir asco, el sabor, la textura y la temperatura de su semen me encanto, por lo que no deje de mamársela hasta dejar de sentir cada chisguete que salió de su polla.
    
    Luego de esto, se paró y se retiró a la habitación de mi madre, para vestirse, no sin antes recordarme quien era yo y amenazarme con que la siguiente vez, me rompería el culo.
    
    Cuando oí la puerta de la calle cerrarse, quise volver al baño para ducharme nuevamente, pero mis piernas no reaccionaban y tuve que llegar casi a rastras a la regadera. Mas el agua caliente motivo que mi cuerpo volviera a la normalidad. Mi adolorida vagina estaba más que ...