1. Michell y Silvy, preciosas y diferentes


    Fecha: 14/09/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Alvaroalba, Fuente: CuentoRelatos

    ... esa lengua en mi coño”, escuche a Silvy juguetona sin parar su juego.
    
    Como una zorra egoísta me negaba a soltar aquel dulce de mi boca, pero esta vez no era yo el que quería más sino Michelle:
    
    “Silvy túmbate bocarriba, a ver como se porta el niño”, Silvy obedeció sin rechistar y dejo su cuerpo caer sobre la cama, sus piernas abiertas dejaban a la vista su precioso y dilatado coño, como un autómata me lance a comerlo. Mi posición me dejo expuesto, a cuatro era la victima perfecta para los juegos perversos de Michelle, unos juegos que se prodigaban en mi ano, rozándolo, jugueteando, lubricándolo con una idea que conocía perfectamente.
    
    “Dilatas bien putita”, los dedos de Michelle acompañaban su afirmación hundiéndose en mi interior, “Te voy a follar a gusto”.
    
    Los gemidos de Silvy se mezclaban con los míos. Pese a todo el placer intentaba no apartar mi boca de su precioso coño y provocar el ansiado orgasmo. Ver retorcerse su cuerpo confirmo mi objetivo.
    
    “Vamos, métesela, que la niña ya no se queda a medias”, oí a Michell con tono socarrón.
    
    Obediente me situé sobre ella y mi polla se envolvió de nuevo con su calor, el vaivén no era marcado por mí, los dedos de Michell en mi ano hacían de mi una graciosa marioneta sexual que empujaba y salía de su amiga a su antojo. Tras un minuto dulcemente eterno fue Michell de nuevo la que iba a tomar el dominio esta marioneta de un modo distinto, su cuerpo tras de mí, situado entre mis piernas me ...
    ... anunciaba lo inevitable. El roce del precioso pene que había atrapado en mi boca ahora estaba enfundado y listo para asaltar mis entrañas. Lo deseaba, vaya si lo deseaba.
    
    “Aguanta putita que ahora me toca disfrutar a mí”, Michelle freno mis caderas y ayudada por Silvy, en un momento que me recordó al pasado, sentí su rabo abrirse paso. Descarado y continuo separaba las paredes de mis deseosas entrañas. No tarde en sentirlo completo, esta zorra que os escribe estaba llena en sus deseos, extasiada en el mayor emparedado de placer.
    
    Bombeado ya sin miramientos mis gemidos eran claros, como me gustaba, tanto que mi eyaculación no tardó. Silvy la recibió, pero cómplice supo lo que yo quería, esperar a que Michell también acabara, sentir su orgasmo en mi cuerpo y así fue, los espasmos y su bufido dulcemente femenino me enseñaron su éxtasis.
    
    “Ufff, putita…”, sentía a Michell derrumbada sobre mi espalda.
    
    Nunca he odiado más algo que sentir como una polla deliciosa me abandona o perder el calor envolvente de un coño. Poco a poco esa verga hermosa salió de mi cuerpo.
    
    Relajados por unos minutos hubo silencio y mirada cómplices. Tocaba recoger mientras conversábamos de forma amena. La triste despedida se cubrió con la promesa de que volvería a suceder. Y sucedió, pero de un modo distinto que prometo contaros.
    
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    Un saludo y mi eterno agradecimiento a Michelle, Silvy y desde luego a vosotros por leerme.
    
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