1. La pertenencia (10): El perfume


    Fecha: 30/08/2019, Categorías: No Consentido Autor: Miguel.Lopez, Fuente: CuentoRelatos

    ... empujé con el pie para hacerla caer.
    
    "Sigue."
    
    Se paró para sacarme la chaqueta y la camisa. Las ordenó. Se puso de rodillas para sacarme los pantalones.
    
    "¿Puede está sucia mamona caliente ponerse tu verga en la boca?"
    
    Dos cachetadas ahora.
    
    "Sácamelo rápido."
    
    Apenas me lo sacó le agarré la cabeza y use su boca con brusquedad.
    
    "Así es como hay que tratar a las perras cómo tú."
    
    Le agarré del pelo con una mano para seguir.
    
    "¿Por qué te gusta tanto la verga? ¿Ah?"
    
    No hizo ningún ruido.
    
    "Así hacen las niñas bien educadas. Nunca hablan con la boca llena. A menos que le digan lo contrario."
    
    Se lo metí más fuerte y rápido, sofocándole e incluso dando alguna arcada.
    
    "¡Contesta mierda!"
    
    Hizo ruidos ininteligibles con la boca llena.
    
    "Perra cochina." Y le seguí dando. Se lo saqué. Jadeaba por aire. La saliva mezclada con semen pre-eyaculatorio le chorreaba de la boca.
    
    "Porque soy una puta, una puta barata y caliente. Siempre necesito verga."
    
    "Anda a ponerte dos colette para que me sirvan de manillas." La mandé con una cachetada.
    
    Se veía encantadora. Les di uso inmediatamente.
    
    "¿Para qué sirve esta boca sucia?"
    
    "Para mamarte la verga y para que la uses para vaciar tu semen."
    
    Cada vez que paraba, una cachetada.
    
    "¿Para qué más?"
    
    "Para lamerte el culo."
    
    "¿Para qué más?"
    
    Se llevó otro par más mientras lo pensaba.
    
    "Para decir por favor, gracias y perdón. Y muchas otras cosas más que me corresponden decir."
    
    "¿Sirve ...
    ... para quejarse?"
    
    "No."
    
    "¿Sirve para decir lo que se te debe hacer y lo que no se te puede hacer?"
    
    "¡No, no, no!" Dijo desesperada. "Soy una cosa para tu uso, jamás podría decir algo así."
    
    Todo intercalado con cachetadas.
    
    Terminé de usarla. Me metí en la cama. Ella seguía sentada en sus talones, incapaz de tragar ni de mantener adentro el contenido de su boca, tan mal la había dejado mi uso. Le chorreaba por los lados de la boca.
    
    "Ven a la cama. En otra ocasión te vas a quedar durmiendo en la alfombra como le corresponde a una sucia perra como tú."
    
    "Gracias," lograba articular con dificultad mientras se metía. "Gracias por dejarme usar tu cama. Gracias por darme de tu verga."
    
    "Tanto te gusta. Creo que te podría compartir con un grupo de hombres para ver cuanta verga puedes manejar."
    
    La abracé para dormirnos. Suspiro como diciendo, ¿Cuándo llegará ese día?
    
    En la madrugada me desperté con una erección. Busqué sus nalguitas y se lo presioné entremedio. A medio dormir me lo supo recibir como corresponde y entre sueños se puso a gemir. Seguí mientras aclaraba. Le pude ver la boca abierta y los ojos cerrados.
    
    "Papi, déjame mamártela por favor, papito por favor."
    
    Le puse mi dedo en la boca y me lo chupó, tal como le haría a su chupete de verdad. Después le puse más dedos y se los metí y saqué con fuerza. Metía ese ruido tan bonito. La di vuelta y bajó a satisfacer su deseo con desesperación. Dejé que me terminara rápido. No le di ninguna instrucción ...