1. La pertenencia (10): El perfume


    Fecha: 30/08/2019, Categorías: No Consentido Autor: Miguel.Lopez, Fuente: CuentoRelatos

    En la siguiente visita continuó su entrenamiento. Era como una esponja, ávida de absorber todo lo que le ofrecía.
    
    "¿Cómo te ha ido?"
    
    "Muy bien, ahora soy imprescindible y me respetan por eso. Claro que hay algunos que hacen como nada hubiera cambiado."
    
    "Ignóralos, has como que no existen. Tu trato con ellos va a ser exclusivamente profesional. No discutas con ellos a menos que sea para que las cosas funcionen como deben. No los desacredites abiertamente, deja que ellos lo hagan solos. Van a ser tu mejor peldaño para subir. ¿Cuánto ahorras de tu sueldo?"
    
    "Mil por mes. A veces menos por imprevistos, pero por poco y a lo lejos."
    
    "Si va a ser útil, vas a invertir en ropa de mejor clase. Confío en tu buen juicio."
    
    Nunca nos faltaba tema de conversación. Cualquiera de los dos lo podía empezar. Actualidad, artes, historia.
    
    "¿Estás estudiando inglés con ese curso que tienes?" Era tan barato por lo viejo, que tenía espacios para unos cassettes que se le perdieron al dueño anterior.
    
    "Sí, cuando no estás."
    
    Nunca quise que me tratara de usted. Se hubiera visto raro y me parecía un gesto innecesario. Su condición no necesitaba de esas formalidades.
    
    Dejé ese último tema ahí.
    
    Después del trabajo fuimos de nuevo a San Miguel. Esta vez la llevé a los perfumes.
    
    "La señorita quiere conocer los perfumes que ofrecen. Usted la va saber guiar bien, ¿no?"
    
    "Por supuesto caballero."
    
    "Me avisas."
    
    Las dejé y después de un rato me asomé. Le estaba explicando ...
    ... lo del café para seguir conociendo.
    
    Aprovechaba cada minuto para avanzar en mi trabajo. Me llamó y fui.
    
    "No me logró decidir entre estos dos."
    
    Mademoiselle de Chanel y Dark Crystal de Versace.
    
    La miré sorprendido. Ella se preocupó por haberme metido en algo que le correspondía a ella hacer. Olía una muñeca, después la otra.
    
    "Vamos a dar una vuelta y volvemos."
    
    Salimos a la calle.
    
    "Perdóname por favor. Me sentí incapaz de tomar esa decisión, no sé qué me pasó. Perdóname."
    
    "¿Cómo lo haces? ¿Tienes un pacto con el demonio?"
    
    "¿Qué quieres decir?"
    
    "Que leas mis gestos y señales mínimas es una cosa, pero estos dos perfumes. Desde que los conocí son mis favoritos."
    
    Lanzó su educada risita juvenil.
    
    "No sé, te juro que no tengo ni idea."
    
    Volvimos.
    
    "Tienen muy buena fijación en tu piel. Los dos.
    
    Había comprado, iniciativa propia, una alfombra mediana. Así yo podía estar descalzo y de pie para usarla.
    
    Apenas entramos le largué una cachetada. Limpia y sonora. Me miró sonriendo. Sabía que no la estaba castigando por algo que hubiera hecho mal. Era simplemente otra manera de usar mi pertenencia. Una forma que me gustaba por la respuesta que le incitaba. Sin palabras se desnudó y se puso el Versace. Sabía que ese era el para la noche, el para la intimidad.
    
    "Desvísteme"
    
    Se puso en el suelo para desarrollarme los zapatos.
    
    "Bésame los pies."
    
    "Perdóname por favor por ser una perra inmunda." Me dijo entre besos.
    
    Cuando me los sacó la ...
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