1. Una pendeja especial


    Fecha: 29/08/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... pliegue, exploré el potencial erótico en la cueva joven. Con fervoroso orgasmo pagó tributo a todas las atenciones bucales.
    
    Mimos y caricias velaron el delicioso orgasmo, en el regreso a la vida, recibí con renovadas lamidas, el gesto que respondió al contacto, agradeció más que mil palabras.
    
    La guie hasta acomodarnos para su primer 69, su segundo orgasmo fue consecuente con la eyaculación dentro de la boca de Manuela.
    
    Esta vez no hubo sorpresa, los movimientos anticiparon el final feliz, se tragó todo, quedó con el miembro entre sus manos, pasando la lengua por el delicioso glande que obediente a tales mimos no decreció casi nada su erección.
    
    —¡Papito, esta no se quiere bajar! – besó el glande. – Quieres más ¿no?
    
    —Y... necesito... más para calmarme…
    
    ¿Por la chocha?... soy virgen, ¡la tenés muy grandota! Pero... – breve pausa – ¿Querés... por atrás? - tímido ofrecimiento - Ya me lo hicieron..., duele pero... ¡Dale!, ¿Sé bueno eh?
    
    La opción incitante y tentadora, arrodillada sobre la cama, espléndido panorama, lubriqué dedos e y verga en la jugosa almeja. Mientras frotaba el pene en la vulva con los dedos abría el camino a la sodomización. Ayudó en la penetración abriéndose las cachas con sus manos, despacio sin entrar muy a fondo concreté el deseo de vaciarme dentro de la pendeja.
    
    Repetimos el acto, esta vez sí, la ...
    ... ensarté a fondo, montada como para domarla, agarrado de los pechitos, bien duritos, se veían agitar en espejo en cada embestida, Manuela gustaba verse en el espejo como este macho la posee. La crudeza de la imagen la excita, sacude las caderas ayudando al rítmico vaivén de la feroz culeada. Entraba tan afondo como permitía el contacto de los cuerpos, sentía llegarle hasta el esófago, el placer no tenía parangón con otro polvo anterior.
    
    El placer incomparable de la eyaculación marcó el final del acto, lo gozamos de maravilla. Quedó con el culito bien empinado, pujando para que pudiera disfrutar viendo como mi semen buscaba el exterior en medio de un lechazo espumoso acompañado de las obvias flatulencias producto del bombeo. El espectáculo de ver nuestro esperma dejar el canal es doblemente grato.
    
    En el regreso diría que siente los latidos del ano por la intensa cogida, pero satisfecha porque esos latidos serán como el recordatorio de un momento feliz y con ganas de repetirlo en la semana próxima.
    
    Seguimos teniendo sexo, la desfloración se produjo poco tiempo después, pero merece relatar toda la esencia y química de ese momento que la hice mujer plena.
    
    Este relato fue una parte memorable de mi historia personal, necesito tu opinión, que recibiré con sumo agrado y responderé a todas tus preguntas, atrévete:[email protected]
    
    Lobo Feroz 
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