1. Acampada con mi novia y mi hermana


    Fecha: 29/08/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... hermana estaba sentada en el rio, mojada y con cara de gilipollas. Creo que todavía intentaba pensar que pasaba.
    
    - Quítate la ropa, aprovecha y lávate- le indique, señalando unas ramas donde estaba mi ropa secándose.
    
    - Me da vergüenza – me dijo apenas audible para mí.
    
    - Como quieras y me hice el que dormía, pero mantuve unas rendijas de los ojos abiertos, espiándola.
    
    Tardo, pero vi, que empezó a quitarse la ropa y colgarla en las ramas cerca de donde ubiqué las mías.
    
    Pude apreciar, que mi hermana adolescente, estaba muy buena, como joven que era, sus pechos desafiaban la gravedad, turgentes y redondos, como los veía, apetecibles se movían como flanes perfectos y con ganas de ser devorados. Su entrepierna, apenas tenía bello. Sus caderas, incitaban a agarrárselas y penetrarla mientras gime de placer.
    
    Todos estos pensamientos, me estaban encabritando y la polla se me puso como un mástil. Moví una de las piernas, elevando la rodilla, para que no apreciara mi erección.
    
    Como veía que dudaba en donde sentarse, ya que los rayos apenas pasaban entre las ramas del bosque, y solo en la piedra en la que estaba daban, abrí los ojos y mirándola, le dije, no sin antes inspeccionarla de arriba abajo, que viniera hacia mi posición.
    
    Cuando llegó, le dije, lo guapa que era y que era muy atractiva.
    
    Ella se sonrojo y se sentó cerca de mía, agarrándose las piernas y pegando su pecho, para intentar taparse.
    
    Como ya no pude disimular, mi erección, no dejaba de ...
    ... mirarla, le dije que si quería tocarla. Ella se sorprendió, parecía hipnotizada, lo cual me hizo pensar que en la vida real no había visto muchas.
    
    Como no se decidía, le cogí la mano y se la llevé con sumo cuidado y la deje caer sobre mi polla.
    
    Apretó, poco a poco, apenas podía cubrirla con su mano, por lo que empezó a acariciarla, de arriba abajo, haciéndome una paja, que me estaba haciendo delirar.
    
    Almudena no decía nada, solo me la meneaba, despacio, como palpado o haciendo un mapa mental de toda la superficie de mi polla.
    
    - ¿Quieres verla de más cerca? – le dije, mientras yo me movía, dejándola a ella, en medio de mis muslos, con mi garrote entre sus manos.
    
    Ahora estaba con las dos mantos y la cara a centímetros de mi capullo. Aquello era el delirio. Sabía que tenía que ir despacio, para que este cervatillo, no se asustara y la magia del momento se rompiera.
    
    Mi hermana, estudiaba todo de mi polla, me palpaba las bolas, a veces, lamia mi tronco, pero no dejaba de meneármela, por lo que, con la excitación del momento, ya no pude más y empecé a correrme. Cuando salió el primer chorro, le sorprendiósalpicándole en la cara. Luego me giro la polla hacia un lado y el resto salpico el suelo de la piedra.
    
    Ella cogió algo de esperma de su cara y lo llevo a la punta de la lengua, saboreándolo.
    
    Luego, cogió la polla, que con esta situación, no se me había bajado todavía y empezó a lamer el capullo y chupar la punta, limpiándome todo el capullo primero y luego el ...
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