1. Desafío de galaxias (capitulo 62)


    Fecha: 26/08/2019, Categorías: Intercambios Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    ... desembarcado a veinte kilómetros de la capital para evitar un enfrentamiento con el ejército del canciller. Solo se habían producido ligeros combates, y muy aislados, con los paramilitares del partido. En una acción rápida, se había liberado a los miles de opositores que se encontraban recluidos en el Estadio Nacional.
    
    A pesar de la superioridad numérica de las fuerzas del canciller, este, había cedido el control del territorio a Cimuxtel, se había parapetado en el interior de las antiguas murallas de la capital con las tropas del partido, mientras que su ejército se desplegaba en el exterior, bajo la protección de las murallas, frente a la extensa explanada del Campo de Hierro.
    
    La propaganda oficial, y la del partido, tronaba en todas direcciones, en un intento de hacer creer, que se encontraban siendo atacados por un ejército invasor, que intentaba dar un golpe militar contra la soberanía de los patriotas maradonianos. Para contrarrestar la propaganda fascista, Marisol pidió al presidente, que los canales federales dieran una cobertura total al conflicto. Incluso Bulban TV, con Iris al frente, llegó a Maradonia: la idea de Marisol era que los bulban vieran que, contra regímenes fascistas, ya fueran maradonianos o bulban, había que combatir.
    
    Así las cosas, y mientras la situación se mantenía en un equilibrio inestable, Marisol cometió un error. Decidió mandar refuerzos a Cimuxtel en un intento de igualar numéricamente las fuerzas y obligar al canciller a ...
    ... reconsiderar su estrategia. Ordenó desembarcar seis nuevas divisiones maradonianas, casi noventa mil soldados, que reforzaron las fuerzas de Cimuxtel. La respuesta del canciller fue rápida e inesperada: fuerzas milicianas de los sistemas aliados, Radahar, Tarkynia, Vitervia y Nólom-Inceek, desembarcaron en los puertos espaciales de la capital, en total, cerca de medio millón de efectivos provistos de armamento ligero.
    
    Marisol estaba desolada, su decisión había tenido un efecto contrario al que había previsto, y ahora, en su despacho, estaba al borde del llanto. Desde su mesa auxiliar, Sarita la observaba. Se levantó, se acercó a ella, y abrazándola por detrás la besó con la ternura que da la intensa amistad de las dos.
    
    —No te comas el coco, —dijo con suavidad mientras la cogía la mano— está claro que ese hijo de puta lo tenía previsto.
    
    —Sí, pero yo se lo he puesto en bandeja.
    
    —Tarde o temprano iba a ocurrir, además, tú has traído tropas maradonianas y el no.
    
    —¡Joder Sarita!, eso es hilar muy fino tía; no cuela, son subespecies de la maradoniana, por eso siempre van juntos a todos lados. Es como si me dices que entre los humanos, los blancos y los negros son especies distintas.
    
    —¡No te pongas cabezona que no es lo mismo!
    
    —Mira tía, no quiero discutir contigo…
    
    —Pues no lo hagas, y deja de compadecerte, a ver si a estás alturas vas de empezar a hacer el gilipollas.
    
    —¡A la orden! —exclamó Marisol y acto seguido la abrazó tumbándola.
    
    —¡Eh! A ver si alguien nos ...
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