1. Fantasía cumplida: Mi esposa probó a dos negros


    Fecha: 24/08/2019, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Una forma de excitarnos era cuando al estar acostados conversábamos sobre fantasías sexuales y dábamos rienda suelta a nuestra imaginación prometiéndonos que en un futuro cercano las íbamos a realizar. Para esto, ambos cerrábamos los ojos y poníamos la película imaginaria en nuestras mentes en la que éramos los principales actores. Cada uno narraba su propia imaginación y los temas variaban entre ella y yo. A ella le encantaba soñar con uno o dos negros muy bien dotados, o un trío con dos hombres blancos y yo incluido, eso sí, que ellos fueran de penes grandes y gruesos. A veces me hacía participar solo como filmador o fotógrafo. Mi imaginación generalmente era dirigida a un trío con mi mujer y otra chica, eso sí, blancas, no por ser racista, sino que no me apetecen las negras. Luego ambos pensábamos en cuartetos e intercambio de parejas. Una vez se imaginó hacer sexo con 4 hombres y yo solo filmaba. Mi mujer era blanca, delgada, frágil, delicada y yo siempre le decía que me parecía imposible que pudiese resistir una sesión de sexo tal cual ella se imaginaba. Lo importante era que estas historias imaginarias nos ponían muy excitados y siempre terminábamos haciendo un sexo loco perfecto. Nuestra locura sexual incluía que al momento de estarlo haciendo yo le decía que cerrara los ojos y se imaginara haciéndolo pronunciando nombres de hombre ficticios o en algún caso verdaderos si se imaginaba a algún amigo o conocido. Sin embargo, no nos atrevíamos a realizar nuestros sueños ...
    ... y anhelos sexuales, solo lo revivíamos cada vez que hacíamos el amor. Un día, mejor dicho una noche del 18 de septiembre, (mi mujer era virgo, el signo de las mujeres más sexy y ardientes) estuvimos bebiendo vino en nuestra salita, los dos solos, pues una pareja de amigos se retiró pronto después de la cena y el brindis respectivo pues a ella le tocaba turno noche en el hospital ya que era enfermera, y sorpresivamente mi esposa me dijo: “hoy quiero un regalo de cumpleaños inédito, algo que nunca me has dado” Intrigado le dije que la cartera y zapatos que le había comprado quizás no le gustó. Me dijo que sí, pero que el regalo diferente era sexo extra, es decir sexo con otro hombre. Aunque sorprendido no dudé ni lo pensé y de inmediato le dije que aceptaba y que sus 35 años serían inolvidables, pero para esto era importante que cumpliéramos con una regla: NO ENAMORARSE DE LA OTRA PERSONA POR MAS RICO QUE HAGA EL SEXO. La regla era para ambos, pues esta salida nocturna podría presentarnos la oportunidad de un trío, un cuarteto o yo que sé. El club privado estaba a las afueras de la ciudad, era exclusivo. El coche solo llegaba hasta la puerta principal, ahí nos esperaba un seguridad que nos dio la bienvenida y nos pidió las llaves del coche para llevarlo al parking. Por dentro las luces tenues y a colores no permitía distinguir a los ocupantes de las mesas lo cual daba una seguridad a los que querían pasar desapercibidos . Al fondo se distinguía la barra con algunas personas ...
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