1. el joven de al lado


    Fecha: 13/08/2019, Categorías: Voyerismo Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... ardiente poco a poco hizo el trabajo que mi vagina se negaba a realizar, y sus jugos terminaron por ir lubricando mi cavidad, acabando así con la molestia al penetrarme. Sus embestidas las sentía llenas de placer, de deseo, de amor. Era todo su sexo tierno, amoroso. Todo lo que una esposa desea en su marido, todo lo que yo deseo en él. Pero no podía dejar de pensar, de divagar en todo lo que estaba sucediendo en los últimos días. Por eso estaba con la mira de nuevo en el techo, fija, mientras él me empujaba con sus caderas y hacía que mi cabello se revolviera en mi frente tapando mi vista. Yo resoplaba y resoplaba, un poco por el esfuerzo que conlleva el ser penetrada por un macho que te doblega el peso, y un poco para apartar los cabellos de mis ojos. Logro apretarlos y me doy cuenta mientras miro al vacío que ha pasado largo tiempo desde que comenzó a follarme y yo no he emitido ruido alguno. Solo lo abrazo y le clavo las uñas en las espalda cuando su penetración llega a lugares privilegiados. Intentó gemir un poco, pero me detengo poco tiempo después al dudar si lo estoy haciendo real o si por el contrario es demasiado fingido. Él ha comenzado a acelerar el ritmo. Siempre ha sido silencioso al hacerme el amor, pero esta vez el placer lo está venciendo y empieza a gemir un poco. Besa mis senos, mi cuello, mis labios. Me repite que me ama, me muerde el labio, me muerde el seno, me muerde el pezon. Mi vagina empieza a revelarse, empieza a emitir señales de orgasmo cada vez ...
    ... más claras y frecuentes. El ruido de su vientre chocando en mi sexo se esparce por la callada habitación. Te amo, me dice. Lo sé me digo. Su eyaculación está cerca, mi orgasmo quiere avanzar, pero mi mente la intenta detener. De pronto mis culpas empiezan a ceder, el placer quiere sacarlas de aquí, quieren tener un climax pleno, perfecto. El ha dejado de apoyarse en sus rodillas y ahora se impulsa desde la punta de sus pies, quiere penetrarme completamente, con fuerza. su semen está listo, hirviendo en sus genitales. De repente una imagen empuja la cortina blanca que he puesto ante mi para no perder los estribos, y puedo ver a el joven vecino ante mi, mi espía, el chico repulsivo y con acné que tanto me desea. besándome, oliéndome, derritiéndome con sus manos. Puedo sentir su lengua invadirme. Estamos de pie en el Jardín. Sus manos aprietan mis nalgas y mis senos. Su saliva inunda mi boca. Esta tomándome, reclamándome como Suya. Su sexo golpea mi vientre, quiere entrar en mi Venus, conquistar lo que es suyo. Yo estoy ahí, de pie, paralizada. Completamente aprisionada. Pero obedezco, y recorro mi mano hasta mi vientre y la colocó sobre el botón de mis shorts ajustados. Él sigue besándome, ríe por dentro sabedor que me tiene. Desabrocho el botón y lentamente bajo la mezclilla. Mi trasero trata de evitarlo pero un último tirón logra zafar mis glúteos de él shorts. Lentamente los bajo hasta mitad de mis torneadas piernas. Con mi mano temblando tomó su short deportivo y su ropa ...