1. Mi gran amigo y desconocido


    Fecha: 07/08/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: judasrape, Fuente: RelatosEróticos

    ... pasarse. Yo no quería nada con él, por lo menos ya no desde hacía tiempo.
    
    Se disculpó de nuevo, pero se le dibujó una mirada en la cara que no me dejaba tranquila.
    
    No le dí mayor importancia y seguí con la comida, dándole de nuevo la espalda. Noté entonces que me agarró de la cintura y asomándose por encima de mi hombro, se puso a observar como removía la pasta en el agua. Pensaba que ya había dejado de hacer ésas estúpidas bromas cuando de pronto, con un rápido movimiento, metió la mano por dentro de los leggins y mi ropa interior, y comienza a palparme mi trasero con descaro.
    
    Me giro para darle un tortazo, pero con la otra mano me agarra de la cintura y me aplasta contra la barra de la cocina. Le grité con furia que me dejara, que ya no tenía gracia. Intenté con todas mis fuerzas que me soltara, pero con otro rápido movimiento, la mano que tenía en mi cintura, la resbaló por dentro de mi camiseta y empezó a apretarme un pecho por debajo del sujetador y pellizcarme con ansia el pezón.
    
    Quise gritar, pero sentía más rabia que miedo a lo que intenté de nuevo separarme de él para pegarle, con tan mala suerte, que abrí mis piernas y él tuvo total acceso a mi depilada vagina con su mano derecha.
    
    Empezó a bajar la mano hasta topar con mi poco mojada entrepierna y comenzó a acariciarme y meterme varios dedos mientras pellizcaba ya mi dolorido pezón con la otra mano.
    
    Noté como crecía su bulto detrás mía y como mi vagina, aún por la circunstancia de estar siendo ...
    ... forzada por quien pensaba por aquel entonces que era mi amigo, empezó a mojarse de nuevo.
    
    No entendía porqué, pero empecé a excitarme. Pero no quería que él lo notara. No quería seguir, quería que parara, pero poco a poco empecé a quedarme sin fuerzas.
    
    Él notó mi entrepierna mojada y que empezaba a relajarme por el cansancio, a lo que él lo identificó como si yo quisiera lo que estaba pasando.
    
    - Carlos: Veo que te estás poniendo cachonda... Si yo ya sabia que eras una maldita zorra como todas las demás. Pues ahora como castigo, hoy seras mi putita y te follaré como mereces.
    
    Yo suplicaba que me dejara, que no se lo contaría a nadie, que podríamos dejarlo todo en un descuido. Pero por favor que parara.
    
    Ya estaba llorando, a lo que él como respuesta, me agarró del pelo y me llevó a su habitación, me tiró sobre la cama con fuerza y empezó a manosearme por todo el cuerpo.
    
    Ahí empecé a revolverme y luchar por deshacerme de él.
    
    Carlos, al ver que no me estaba quieta, me agarró del cuello con fuerza, empecé a ahogarme y ahí es cuando aprovechó para quitarme toda la ropa mientras yo ya no oponía resistencia ante el miedo de que me hiciera algo más de nuevo.
    
    Se quedó unos segundos contemplando mi cuerpo desnudo y se volvió a abalanzar con deseo hacia mí. Me abrió con fuerza las piernas y comenzó así una comida de coño con un ansia nunca conocida. Me comía, relamía, me mordía de vez en cuando el clitoris, me metía la lengua lo más que podía, mordía de nuevo mis ...