Mi entrenador - Relatos Eróticos

Mi entrenador

Tengo el cabello oscuro, ojos verdes, mido 1,70 metros y mi cuerpo a los 15 años lucía como el de una mujer madura. Los hombres me decían cosas sucias en todos lados.

Soy nadadora y entrenaba duro para ir a los nacionales. Mi entrenador es un hombre muy atractivo de treita y tantos años. Una tarde nos portamos mal mientras nadábamos, al terminar el entrenamiento me dijo que me quedaría castigada. Era revelde y reí, sin imaginar lo que me esperaba. Mi profe fue muy duro y me hizo nadar con gran intensidad, estaba totalmente agotada después de una hora. Me dijo que saliera y me fuí a las duchas. El vestuario estaba completamente solo y no habría nadie más allí hasta el día siguiente, pues ya había sido limpiado. Me bañaba desnuda cuando él llegó. Estaba totalmente desnudo y su pene estaba erecto. Lo vi acercarse a mi y alarmada le pregunté que hacía. El empezó a manosear mis senos y me preguntó con cuantos hombres me había acostado. Soy virgen, contesté. El rió y me dijo que mis senos decían otra cosa. Es evidente que te crecieron así de tanto que te los ha chupado, dijo. Ahora estaba muy cerca y me acariciaba la espalda con sus manos, sentía se pene erecto en mi vientre y trataba de negarme, el me beso en la boca y me levantó por los muslos. Yo solo le decía: No profe, por favor, soy virgen, no profe no, pero el continuaba besandome y chupando mis pezones. Mi espalda estaba pegada a la pared, y mis piernas estaban muy abiertas por la forma en que me alzaba, sentí su pene en ...

... mi vagina y le rogué que parara, pero el me dejo caer poco a poco. Sentí como su pene se hundía en mi vagina y de pronto sentí un dolor agudo y su pene se hundió en mi hasta la base. Fue una sensación muy rara, como si una estaca se hubiera clavado en mi vagina, me sentí invadida, tomada, llena, completa. Estaba muy excitada y asustada y el empezó a moverse eroticamente. Fue algo inesperado y nuevo, el me beso en los labios y yo exploté en un intenso orgasmo. Mi profe siguió cogiendome, primero despacio, sin apuro, pero luego con violencia y fuerza. Vi que iba a acabar, imaginé su semen vertiendose en mi vagina, preñandome y me vine nuevamente mientras el eyaculaba con fuerza. Nos abrazamos con desespero y deseo, y quedamos rendidos jadeando.

Al recuperarnos me beso largamente y me hizo satisfacerlo con mi boca, luego de esto nos vestimos y me llevó a casa. En el camino me dijo que me daría por el culo al día siguiente y me dió un estuche con unos cilindros que iban desde el grosor de un dedo a varios centímetros, y me dijo: Hoy en tu baño te vas a poner este gel en tu ano y te vas a meter el dildo más pequeño moviendolo, luego el más grueso y así, hasta que te puedas meter el más grande, así mañana disfrutarás mucho cuando te de por el culo. Esa noche no pude dormir e hice lo que me pidió.

Al terminar el entrenamiento al día siguiente me ordenó quedarme en el agua. Nuevamente fue duro conmigo, estaba agotada y al salir del agua me siguió al vestuario, allí el mismo me ...