1. La Doctora y yo


    Fecha: 06/08/2019, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... lo empece a refregar por toda su cara y blanco cuello, manteniendo el trasero super apretado para continuar con mis placenteras descargas el máximo posible. Finalmente la doctora al ponerse de pie bañada en mi leche me dijo que yo si tenía el material de sobra para ser un buen americano pero que la ayudara a ducharse porque la había dejado inmunda con tanta pasión.
    
    Me condujo entonces, desnudo como estaba, a un baño contiguo con una pequeña ducha y para mi sorpresa y deleite comenzó ella misma a desnudarse. La mujer era una verdadera diosa, con unos melocotones duros y grandes y un trasero y concha tan exquisitos que comencé a sentir otra vez en los sacos el bailoteo de nueva savia. Mirándome ahora, toda desnuda, con sus ojos verdes y grandes me dijo "la primera parte del examen ya la pasastes ahora siéntete libre para disponer de mi como quieras y hacerme vibrar como a todas esas zorras que te esperan los fines de semana". Sus senos ya me habían vuelto loco pero al proceder a besarlos noté que estaban llenos de mi líquido al igual que sus cabellos. Entonces dándole un buen palmazo en las nalgas le dije "perrita al agua primero".
    
    Para mi sorpresa no entendiendo mi mensaje con toda la calentura que tenía y desnuda como estaba se puso en cuatro con las piernas separadas, mostrando un culo colosal con los labios de su sexo cubiertos por fino y rubio bello. Al observarla en esa posición sentí que mi verga cobraba otra vez vida pero con el lujo de haberme recién venido podía ...
    ... esperar para follarmela unos minutos mas y dándole una segunda palmada en su exquisito trasero abri la puerta de la ducha y entramos los dos en ella. Comencé entonces mientras el agua corría a jabonarle los senos y muslos alcanzando con mi manos llenas de espuma toda su deliciosa partidura. Al llegar con mis dedos a su sexo y empezar a explorar en su interior me di cuenta que esta hembra estaba ya lubricada con su propia pasión y que no había mas que follarsela como uno quisiera.
    
    Con todo me arrodillé metiéndole mi lengua en su sexo y al llegar a su área mas sensible y sintiendo ella la presión de mi lengua con besos y lamidas, comenzó, mientras aullaba como berraca, a tener múltiples orgasmos allí mismo. Llevándola de rodillas al piso del baño continué con mi boca en su sexo pero esta vez en una especie de 69 con mi verga sobre su cara, y base y bolas a la altura de su boca.
    
    De esta forma nos procuramos nuevamente exquisito placer pero cuando me la sentí ya dura, dura y como queriendo explotar de nuevo, puse a la doctora otra vez como perrita y la comencé a penetrar por detrás con fuertes envestidas. Ella desde su posición en cuatro seguía con la vista la acción de mi sexo embocando el suyo y esta hembra tenía una cueva fabulosa, profunda y super elástica. Era tanto su placer al verme desde su posición con mis testículos libremente colgando que trataba de agarrarlos como podía y con demasiada pasión. Decidí entonces cambiar de posición, penetrándola esta vez de frente ...