1. Visita a mi mejor amiga - Primera Parte - El Metro


    Fecha: 03/08/2019, Categorías: Masturbación Autor: Vickky Uriza, Fuente: CuentoRelatos

    ... lista para salir!
    
    Llegué a la estación de metro y cogí el primer tren que llegó. No estaba muy lleno, pero me quedé de pie apoyada en una barra cerca de la puerta para no enseñar mi ropa interior a ninguno de los pasajeros -siempre he odiado los asientos del metro-, total iban a ser 25 minutos. Coloqué mis auriculares, y me aislé de todo el mundo. A medida que nos íbamos acercando al centro, el vagón se iba llenando parada a parada. Tras cuatro o cinco paradas me vi rodeada de gente, comenzaron los empujones, el calor de la gente empezaba a notarse y la situación comenzó a resultar incómoda. En la siguiente parada con la entrada y la salida de la gente los empujones eran ya más que evidentes. De repente noté como algo tiró del hilo de mi tanga. Fue un segundo, me giré rápidamente, pero había gente bajando y subiendo del vagón por lo que no pude ver nada. Coloqué el vuelo de mi faldita con las manos y esperé a mi parada sin prestarle mayor atención -han sido imaginaciones tuyas- pensé.
    
    Llegó mi parada y en cuanto di el primer paso noté que algo no iba bien, mi tanguita se estaba aflojando. Junté las piernas todo lo que pude y salí del vagón lo más disimuladamente que pude, quedándome apoyada en una de las paredes del andén. Aún no sabía muy bien que estaba pasando, pero no podía ponerme a mirar que sucedía con toda la gente que bajaba del tren, por lo que me quedé esperando. Cuando la estación comenzó vaciarse separé un poco ...
    ... las piernas, y sentí como la tanguita se deslizaba por mis piernas, con mi mano toqué hilo de mi tanga por debajo de la faldita. ¿Se me había soltado? ¿Cómo era posible? Roja como un tomate por la vergüenza de la situación me puse de espaldas a la gente que aún quedaba en el andén, tiré del hilo y mi sorpresa fue que salió todo el tanga con él. ¿Qué había pasado?
    
    Echando un vistazo vi que los 2 hilos de la parte de atrás del tanga estaban cortados, ese fue el tirón que noté -pensé-. Podía escucharse la llegada del siguiente tren, por lo que temblando metí el maltrecho tanga en el bolso, bajé todo lo que pude mi faldita y fui a la búsqueda de la salida de la estación. Para ponerme las cosas más difíciles se trataba de unas escaleras mecánicas. Podía oír a la gente que bajaba del tren que acababa de llegar. Tenía que apresurarme si no quería que nadie me viese. Me subí a las escaleras de espaldas colocando el bolso contra mis piernas, por si alguien subía las escaleras más rápido que yo, no pudiera ver que no llevaba nada debajo de mi falda. Una vez en la calle, seguía roja de vergüenza, en mi cabeza todo el mundo me miraba y se reía, como si conociesen mi secreto o me viesen completamente desnuda caminando por la calle. Estaba completamente obsesionada con el vuelo de la falda, colocándola constantemente. Debía apresurarme y llegar al trabajo de Marta.
    
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