1. La pareja de anfitriones


    Fecha: 30/07/2019, Categorías: Intercambios Autor: Pidroso, Fuente: SexoSinTabues

    ... Colombia tres años. Yo como Francés no hablaba y mi inglés era un poco de “relaxing cup and café con leche…”, ya me entendéis, del que sirve para hablar como un arapahoe estando de viaje y haciéndose entender en lo básico, pues estaba encantado con poderles hablar castellano a mis anfitriones. Y llegó por fin el día del viaje, estaba tan emocionado que subí al aeropuerto con dos horas de antelación. La verdad es que entendí porque el viaje era tan barato. La compañía aérea era mas bien tirando a cutre, los asientos super pegados, el trato bastante desagradable por parte de los auxiliares de vuelo, no tanto en lo que decían sino como lo decían y durante todo el vuelo rallándonos por los altavoces para vendernos todo tipo de chorradas. Me alegró llegar y dejar ese autobús chungo con alas que nos había transportado a la capital francesa. Llegué a la ciudad en tren y cogí el metro hasta la parada que me habían indicado. Hice uso del roaming en el móvil para contactar con Marie y anunciarle mi inminente llegada, y con el soporte de Google Maps llegué a su portal. Era un cuarto piso pero tenía ascensor por lo que estaba en un periquete en la puerta del piso que me albergaría los tres días de mi viaje. Me abrió la puerta Marie, con una gran sonrisa y tres besos en las mejillas. Era una mujer mucho más atractiva en persona que en foto. Rubia natural, lo supe por sus cejas y pestañas, era super clara de piel y tenía unos hermosos ojos azules. Ciertamente era bajita, sobre un metro ...
    ... sesenta, pero muy bien proporcionada. Me había abierto la puerta vestida con unos mallas negras ajustadas que marcaban perfectamente el contorno de sus nalgas y no pude más que admirarlas, si, yo era de culos, un culo bien puesto en una tía me ponía bastante burro la verdad. Llevaba también una camiseta de lycra ceñida que además de ajustársele a su vientre plano , dibujaba claramente sus pechos, ni excesivamente grandes ni pequeños, y sobre todo sus pezones porque no llevaba sujetador en ese momento. Mientras me mostraba la que sería mi habitación no podía dejar de mirarla y ponerme un poco palote. Tuve que, en un rápido movimiento, recolocar mi polla para que no notase que me estaba excitando. Además su forma de hablarme, tan sonriente y dulce, con ese acento francés, me ponía mogollón, tanto que una vez solo en la habita me hice un pajote en su honor. Me la imaginaba a veinte uñas sobre mi cama mientras le comía el ojete y le acariciaba su coñito rubio jejejeje. Tras limpiarme el corridón que lancé con los propios gayumbos que llevaba puestos decidí darme una ducha y salir a dar un primer paseo por el barrio, así vería ya la Torre Eiffel que estaba al lado. Me puse un albornoz blanco grande que tenían con las toallas colgado tras la puerta y unas zapatillas que saqué de mi maleta y salí al pasillo para ir al baño. Desde el pasillo vi una habitación abierta, era la de mis anfitriones. Marie estaba en una esterilla a los pies de la cama con las piernas en posición de loto y los ...
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