1. Tren expreso


    Fecha: 30/08/2017, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... a tope, el de pelo largo metiéndole el dedo a su amiga y yo ante aquel pedazo de mujer.
    
    Ahora ella observaba al "hippie", veía como él daba gusto a su compañera, como tenía sus dedos en la vagina de ella y la chica arqueaba su cuerpo sin control, dando rienda suelta a sus instintos, él sacrificaba una penetración arriesgada por darle a ella el mayor placer . Sin duda la rubia que tenía delante estaba excitada, su respiración pausada se estaba acelerando y el color de su cara antes pálido era ahora sonrosado. ¿Debía actuar de alguna manera?
    
    Mi timidez me hacía dudar , pero ella se insinuaba a cada momento, y me decidí a tomar cartas cuando ella empezó a tocarse un labio y su boca pausadamente. Me quité un zapato y le guié con mis manos sus piernas hacia el suelo. Los dedos de mis pies tocaron los suyos, sus media hacían que mi pie deslizara perfectamente sobre su piel, me encantaba el cosquilleo y el simple contacto con ella hacía que me excitara aún mas. Ella me miró con complicidad y me guiñó un ojo, mi pie iba recorriendo su pierna y subía hacia su muslo, siempre con suavidad, sintiendo a cada momento su cálida piel, llegaba a los muslos y entonces ella se recostó un poco porque quería ponerme el camino más fácil, sus piernas entreabiertas me dejaban ver sus bragas y mi pie en su búsqueda llegó a ellas y con cuidado empezó a trabajar en la zona genital, pausadamente, sin prisas, ella respiraba intensamente y movía sus caderas un poco para mandar sobre su propio ...
    ... goce.
    
    Cuando apenas llevaba un minuto agarró suavemente mi pie con su mano y me indicó con un movimiento que abandonara sus caricias. Como si me hubiera leído el pensamiento, ella guió su pie a lo largo de mi pierna , sintió como mi punzante y desesperado miembro, sentía la necesidad de salir de su prisión , mi pene iba a estallar, ella se dio cuenta y con sus dedos recorría la silueta que provocaba en mi pantalón, cuando la miré sonrió.
    
    Bajo el pie, y ambos pensábamos como lo arreglaríamos, aquellos dos seguían en sus trece, le dije - Sígueme -, abandonamos el compartimento y buscábamos un lugar para desarrollar nuestra excitación con intimidad, agarré su mano y empezamos a vagabundear por los rincones del tren, era difícil y en un impulso de lujuria, nos metimos en el cuarto de baño, era pequeño pero… en el momento de cerrar el pestillo, sentí su lengua húmeda en mi cuello, giré mi cara y me la encontré de frente esperándome, nos besamos apasionadamente, su lengua enrollada con la mía, su saliva y la mía, la caricia de su mano en mi trasero.
    
    Ella me tomó por la nuca y mis manos recorrían su espalda, bajaban hasta sus glúteos y regresaban a su cabeza mientras pegábamos nuestros cuerpos, ella podía sentir mi duro pene y yo sus turgentes senos rozándome el pecho, que rogaban por ser lamidos. Pasé mis manos por debajo de su fina camiseta de su blusa y con algunos problemas, desabroché su sostén, ella se separó de mí y metiendo su mano hábil por debajo lo sacó, acaricié esas ...