1. La amiga de mi hija.


    Fecha: 22/06/2017, Categorías: Fetichismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... había visto lo desastre que era.
    
    Me decidí a apagar el coche y echarle una mano.
    
    - Recoge tú los libros anda, yo cojo la caja.
    
    Rodee el coche y esperé a que abriese la puerta. Una vez abrió, me agaché y cogí la pesada caja. Me dijo que la dejara allí mismo, en el salón. Y me ofreció un vaso de agua. Ella tiró su mochila en el sofá y fue a la cocina, que estaba allí mismo, separada del salón por una pequeña barra americana.
    
    - Muchas gracias, me dijo mientras se tiraba encima de mí para darme un abrazo y un beso en la comisura del labio.
    
    No sabía que fuese tan efusiva. Le devolví el abrazo rodeando su cintura con mis brazos. Tiene una cintura fina y no es muy alta, lo que hacía que yo tuviese que estar un poco inclinado hacia ella. Giró su cara hacia la mía y me besó en los labios. Rápidamente me solté y me retiré de ella. Se hizo un silencio incómodo. Eso no estaba bien, pero me gustó. Me volteé para marcharme y ella se abalanzó sobre mí por la espalda. Me abrazó y entrelazó sus manos por delante de mí. Le cogí la mano, observé el gran contraste entre su piel y la mía. La acaricié levemente desde la mano hasta el codo. Pude notar como se erizaba su piel y todo su cuerpo se estremeció. Me giré entre sus brazos y sus intensos ojos verdes me hipnotizaron. La agarré de la cintura y nos fundimos en un apasionado beso.
    
    Sus labios, húmedos y cálidos, me excitaron. Subí una mano por su espalda hasta que llegué a su rizado pelo. Mi otra mano se fue deslizando ...
    ... lentamente hasta su culo. Con mis dedos fui subiéndole poco a poco la falda pero, cuando la rocé bajo la falda, me vino un flash de lo que estaba haciendo y, justificándome, me retiré de ella.
    
    Aitana, sin mediar palabra, se acercó a mí. Metió una mano bajo mi camisa y la otra la llevo a mi entrepierna. Me miró con una sonrisa cuando notó lo excitado que estaba. Y su tierna mirada, me excitó aún más. No me podía contener, mientras ella me tocaba yo le besaba el cuello y le metí las dos manos bajo la falda. Agarraba sus glúteos con fuerza para pegármela más a mí. No recuerdo haber estado tan excitado. Cuando escuché el “clic” de mi cinturón, salí de dudas en cuanto a sus intenciones.
    
    Mis pantalones cayeron por su propio peso. Yo le desabrochaba la camisa mientras ella acariciaba mi abdomen para finalizar metiendo su mano bajo mi ropa interior. Sentir su mano en mi miembro casi hace que me corra. Yo le abrí la camisa y se la retiré hacia atrás, cayendo al suelo. Sin quitarle su sujetador rosa, empecé a besarle los senos. Me parecía imposible que una piel pudiese ser tan suave. Mis manos volvieron a rodear su culo. Ella se agachó mientras bajaba mi bóxer.
    
    Miró hacia arriba y yo la miraba a ella, acariciando su pelo. Comenzó a besar mi pene erecto. Notaba sus labios acariciándome, su lengua saboreando mi miembro de arriba a abajo. Puso sus labios en la punta, como si los estuviera besando y sin dejar de mirarme, se lo fue introduciendo lentamente. La habilidad que tenía en el ...