1. La amiga de mi hija.


    Fecha: 22/06/2017, Categorías: Fetichismo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Lo que me pasó el otro día fue excitantemente estremecedor, por catalogarlo de alguna forma.
    
    Fui a recoger a mi hija de clase, tiene 18 años y estudia bachillerato. La recojo a ella y a Aitana, su amiga. Aitana tiene un año más que mi hija y están siempre juntas. Viene mucho a casa.
    
    Yo estoy separado, soy bombero en el aeropuerto y, aunque tengo muchos días libres mi mujer no lo llevaba bien y decidió dejarme. La custodia de la niña la tengo yo, pero a veces la llevo a casa de su madre.
    
    El otro día, mi hija había quedado con su madre. Así que pensé, la llevo a ella y a Aitana la dejo a la vuelta, será más rápido para todos.
    
    Las espero en la puerta del instituto y las escucho como se despiden, entre risas, de otras amigas. Siempre ríen y cuchichean cuando me ven. Según mi hija es porque soy muy atractivo. La verdad es que a mis 38 años, me conservo muy bien y estoy en forma. Algo bueno tiene mi trabajo.
    
    Se montan en el coche, le doy y beso a mi hija y saludo a su amiga. Me pongo en camino a la casa de mi ex mujer. Tardaríamos un diez minutos en llegar.
    
    - Adiós cariño pásatelo bien con tu madre, avísame cuando quieras que venga a recogerte.
    
    - Si papá, adiós te quiero. Adiós Aitana, después hablamos.
    
    Aitana se bajó del coche para ocupar el asiento del copiloto. Y durante los quince minutos de trayecto íbamos hablando de sus clases y de tonterías así. Por hablar de algo.
    
    Ella iba con las piernas cruzadas y jugando con su pelo rojizo. Llevaba el ...
    ... uniforme del instituto y su falda dejaba ver parte de su muslo. Debo reconocer que de vez en cuando se me iba la vista a sus piernas. Su piel blanca, casi brillaba por el sol. Por mi mente pasaban las más sucias e inmorales fantasías. Me incomodaba tener esos pensamientos, pero no los podía controlar.
    
    Cuando llegamos a su casa, había una enorme caja de Amazon.
    
    - Vaya, os han dejado un paquete enorme.
    
    - Si, mi padre me dijo que tenía que llegar, pero como no hay nadie, lo han dejado aquí. A ver cómo lo meto ahora.
    
    Ella abrió la puerta y bajo del coche, con la mochila casi abierta, colgada de un hombro. Se despidió y cerró la puerta. Yo me quedé mirando, esperando hasta que entrara en su casa. Hay cinco escalones que llevan a la puerta y, al estar ella en una posición más alta, casi podía ver por debajo de su falda. La llevaba bastante corta porque se da tres vueltas en la cintura. Lo sé por mi hija, que hace lo mismo. Dicen que es muy larga y queda muy fea, así que casi todas las niñas de su instituto hacen la misma operación.
    
    El uniforme consta de camisa blanca, y falda a cuadros en tonos de verde. Llevan unos calcetines, también verdes, casi a la altura de la rodilla.
    
    Me quedé ensimismado viendo cómo se movía su falda, los vuelos luchaban contra el leve viento, mostrando cada vez más de sus piernas. Hasta que se agachó para coger el paquete. Los libros cayeron de la mochila que se terminó de abrir. Y entre risas y desesperación se giró para mirarme y comprobar que ...
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