1. Infiel con el enemigo de mi esposo


    Fecha: 06/06/2019, Categorías: Sexo Oral Autor: timida28, Fuente: CuentoRelatos

    ... boda. Se llama Esteban. Ellos habían sido buenos amigos, pero eran muy competitivos y estaban siempre tratando de ser cada uno mejor que el otro. Parecía que siempre lo que uno tenía el otro lo quería y ambos tenían mucho éxito en la vida. Finalmente tuvieron una pelea hace algunos años. Roberto esperaba usar la boda como pretexto para suavizar las cosas ya que admitía haber sacado ventaja de su amigo. Aunque yo sólo lo había tratado un par de veces, sabía que su relación con Roberto se había enfriado y hacía poco tiempo que se habían vuelto a hablar. Pero en realidad no tenía nada que ver conmigo, bueno, eso pensé. Roberto había estado trabajando muchas horas todas las noches dejándonos a ambos más bien frustrados y además sin sexo. Fueron seis larguísimas semanas.
    
    Como la noche de la boda coincidiría con mi momento más fértil del mes había planeado sacarle el mayor provecho comprando un vestuario muy diferente al que normalmente uso para sorprender a Roberto. Como a él le gusta presumirme delante de sus amigos, sabía que aprobaría mi nueva imagen. Él siempre está tratando de que me vista más atractiva. Era un vestido muy corto, color esmeralda de una especie de material como nylon expansivo con una especie de brillo metálico que se abrazaba estrechamente a mis curvas. Mostraba bastante escote y también por atrás se cerraba muy abajo con un corchete. Para combinar compré unas bragas del mismo color y material y decidí no usar sostén, algo que jamás había hecho, porque ...
    ... sabía cuánto se mostrarían mis pezones si me daba un poco de frío o me excitara.
    
    Empecé a arreglarme temprano, al caer la noche, ya que la recepción estaría a casi una hora de camino. Me había tomado la temperatura y estaba contenta de ver que estaba en plena ovulación de acuerdo al cronograma. Perfecto. Para celebrar y para relajarme me preparé un trago, algo que nunca hago, pero tampoco me había mostrado así en público. Me empecé a preocupar porque Roberto no llegaba y me serví otro trago. Me puse el vestido y me paré frente al espejo. ¡Guau! No era yo, ni me parecía a mí. El vestido que se suponía un tanto clásico, estaba como pintado sobre mi cuerpo. Me veía sensual y apenas podía esperar para ver la reacción de Roberto. Ya estaba sintiendo un cosquilleo en la entrepierna por la forma como me hacía sentir el usar este atuendo provocativo. Ni siquiera va a querer ir a la boda, pensaba.
    
    En eso sonó el teléfono, era mi marido diciendo que tenían serios problemas con el nuevo sistema informático y que no creía que pudiera escaparse. Por el tono de su voz supe lo disgustado que se sentía. Me dijo entonces que estaba muy cabreado y que quizá fuera bueno que fuera yo sola a la reunión. Podrán imaginar mi decepción, pero le ofrecí que lo esperaría hasta que él pudiera llegar a casa. Me dijo que estaría hasta muy tarde y que podría muy bien ir sin él y pasarla a gusto. Que no había razón para que se arruinara la noche para ambos. Además todavía podríamos tener nuestra "cita" ...
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