1. La Ermita de los placeres I


    Fecha: 30/05/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: priscilla69, Fuente: CuentoRelatos

    ... fin!
    
    Exclamó mirando hacia arriba, como agradeciéndoselo al cielo…
    
    Unos segundos después, notó que se arrodillaba sobre la barra de madera, pues la oyó crujir.
    
    -Ave María purísima
    
    -Con pecado concebida.
    
    -¿Cómo qué con pecado?
    
    -Es que la verdad Padre, he cometido pecados muy, muy gordos.
    
    -No me llame Padre. Llámeme Tomasín.
    
    -Verá señor Tomasín. De un tiempo a esta parte, tengo la libido muy subida.
    
    -¡Ufff…!
    
    -Trabajo como recolectora de hortalizas y como le he dicho antes, pues todos esos tubérculos con formas fálicas me calientan.
    
    -Pero usted…
    
    -Bueno, si se refiere a contacto carnal, pues no…
    
    -O sea, que es virgen. Y, ¿Qué hace con dichos tubérculos?
    
    -Recojo nabos, zanahorias, también pepinos. Y luego me los…
    
    -¿Te los qué…?
    
    -Me los froto en mis partes íntimas. Es superior a mí. Intento evitarlo, pero no puedo.
    
    Tomasín empezó a tener visiones. Se imaginaba a la damisela de rodillas, sin bragas. Y mejor no imaginar cómo se veía a sí mismo.
    
    De repente, su pene comenzó a crecer de tal forma, que reventó la bragueta de su usado pantalón, provocando que salieran rodando dos botones. La dama se levantó y corrió a por ellos.
    
    Tomasín no se equivocó en sus fantasías. ¡Efectivamente! comprobó que la damisela al agacharse para recoger los botones, no llevaba bragas.
    
    Rápidamente volvió a arrodillarse sobre la madera, y depositó los botones en un rincón.
    
    -¡Gracias joven!
    
    -De nada, señor.
    
    -Y, ¿podría saber su ...
    ... nombre?
    
    -Me llamo Pura
    
    -¿Pura?
    
    La que me la pone dura. Pensó Tomasín para sus adentros
    
    -En realidad me llamo Merce, pero en el pueblo desde que cumplí quince años me llaman así. A mí me gusta.
    
    -A mí también, pero como vengas un par de veces más a contarme tus pecados, te van tener que volver a cambiar el nombre.
    
    -Por qué?
    
    -Porque en lugar de un nabo, zanahoria o cualquier de esos frutos del campo que te paseas por ahí, te voy a meter una barra de carne suculenta que te va a quitar el hambre por mucho, mucho tiempo
    
    Mientras iba describiendo lo que le iba a hacer, sacó su verga de entre el hueco de la cremallera del pantalón, y se empezó a tocar arriba y abajo. Estaba tan metido en faena que no se dio cuenta y soltó un gemido de placer.
    
    -¿Qué pasa?
    
    Preguntó Pura sobresaltada.
    
    -Estoy tocando la zambomba y me he emocionado con su sonido angelical.
    
    Contestó él mientras con un pañuelo se secaba el capullo, cubierto de líquido pre-seminal. Ella, un poco sorprendida, continuó hablando.
    
    -Pues a mí, me emocionaba mucho más la melodía que desprendían las teclas del piano que hay en aquel rincón. Pero no sé qué ha sucedido con el joven que me tenía abrumada con su música, hoy no está.
    
    -Así que te abrumaba
    
    -La verdad, al principio venia todos los jueves a oírle, pero desde hace un par de semanas, no me lo saco de la vulva.
    
    -¿De la vulva? Querrás decir de la cabeza.
    
    -No, no. He dicho bien. Últimamente al hacer la recolecta y llegar a casa. Todos esos ...