1. Mi amiga se va de viaje


    Fecha: 30/04/2019, Categorías: Infidelidad Autor: murgis, Fuente: RelatosEróticos

    Mi marido se empeñó en que le acompañara en ese inesperado viaje de trabajo. Su única combinación posible era en tren. Preparé lo imprescindible y después de un día complicado, estaba deseando dormir durante la noche de viaje que nos esperaba. Una vez instalados en el vagón, y mientras mí marido cogía suavemente el sueño con el vaivén del tren,de todas formas con lo flojo que es para la follada para que lo quieria jaja ,yo me dispuse a ir al W.C. situado al final de un estrecho y larguísimo pasillo.
    
    Antes de cerrar la puerta tras de mí, ya mi marido dormía plácidamente. No quise volver a entrar al percatarme que había salido sin bata y, aunque el camisón era minúsculo, me animé a recorrer el pasillo segura de que, a esas horas, todo estaba ya tranquilo y desierto. Así fue, pero al salir del W.C., un hombre, apoyado con su espalda en la ventanilla del pasillo, fumaba sin prisas, jugando con las bocanadas de humo. Intenté, de forma refleja, tirar de la escasa tela del camisón hacia abajo, pero me fijé que ese hombre tenía cierta edad y me inspiró más confianza que alguien más joven y descarado.
    
    Aunque se percibía, con cierta facilidad, toda mi anatomía por las transparencias de la vestimenta, me decidí a volver a mi departamento, cansada y sin paciencia para esperar a que este viajero dejara el camino libre. Muy educadamente abandonó su pose relajada sobre la ventanilla para incorporarse, firmemente, intentando dejarme el mayor espacio posible para que pasara con un ...
    ... amable “buenas noches”.
    
    Un inesperado movimiento del tren, seguramente al cambiar de vía, precipitó sus manos sobre mí, quemándome con el cigarrillo en el hombro. Con una pequeña pero molesta quemadura, me insistió a acompañarle a su departamento en el vagón para aplacar la quemazón. Me transmitió tanta confianza por su amabilidad y por su profesión de sanitario, que accedí con la misma seguridad con la que me dirijo a la consulta del médico.
    
    En la litera superior leía su compañero de viaje, apreciablemente, más joven que él, que saltó de la cama, al verme, únicamente con unos slips de los que no pude evitar inspeccionar el volumen que tan generosamente los rellenaban.
    
    Explicado el incidente, los tres nos encontrábamos en el estrecho espacio del departamento, mientras buscaban lo necesario para desinfectar y aplicar una crema analgésica. El joven, sin mediar palabra, me bajó el tirante del camisón, fijando descaradamente la vista en lo que se apreciaba debajo. Se aproximó a mí de tal manera, que pude sentir palpitar su polla apretada contra mis piernas.
    
    Al aplicarme la crema, dejó a la vista, prácticamente, mis pechos a la vez que le lanzaba una mirada cómplice a su compañero. Aplicada la crema sobre la quemadura, siguió extendiendo lo que había quedado entre sus dedos por mi pecho buscando los pezones que ya estaban totalmente erectos. Una corriente eléctrica se desplazó desde mis tetas a mi chocho que comenzó a palpitar sintiendo, al instante, como se iba ...
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