1. La lluvia (PARTE 1)


    Fecha: 24/04/2019, Categorías: Hetero Autor: sexonavegante, Fuente: RelatosEróticos

    ... nalgas. ¡Qué buenas nalgas tenía esa chica! Mis manos acariciaban sus piernas sintiendo una piel tan suave como una seda, ella entonces dejó de besarme y alzó un poco su pecho sin despegar su cadera sobre mí, y fue entonces que jalé rápidamente su diminuta blusa hacia arriba para quitársela. Creí por un momento que ella se resistiría pero necesitaba hacerlo para saber de una vez por todas a lo que me atenía. Saber hasta dónde podía llegar. Para mi fortuna ella no se resistió sino al contrario, alzó los brazos para ayudarla a salir. Bajo la blusa un sostén blanco de pequeñitos encajes finos color rosado le daba un toque por demás sensual a sus hermosos pechos que casi querían salirse de ahí. De hecho creo que lo pedían a gritos así que también hábilmente me las ingenié para quitarle el sostén no sin antes admirarlo pues en verdad le daba un arreglo personal muy sensual y atractivo.
    
    Su perfume eme enloquecía hechizándome de lujuria.
    
    Por fin quedaron libres y sus turgentes pechos se bambolearon triunfantes al aire. Mis ojos casi se desorbitan al ver esa hermosura de tetas al alcance de mis manos. Gina ya había abierto completamente mi camisa e intencionalmente se replegó a mi pecho haciéndome sentir que todo su cuerpo hablaba a través de su delicada y cuidada piel. Sus pechos no eran enormes, pero tenían el tamaño suficiente para volverme loco. Levanté mi rostro un poco para alcanzarlos y comérmelos a besos, y Gina me los ofrecía como un manjar delicioso. Un gemidito ...
    ... como un suspiro salió de su pecho cuando mis labios le dieron unas ricas mordiditas a sus pezones, y comencé a mamar esos pechos lujuriosamente y a lengüetearlos a mi antojo, mientras mis manos se posaban de nuevo sobre su falda de licra para levantarla hacia arriba casi hasta sus caderas y poder meter mis dedos entre su tanga como buscando y buscando.
    
    Un jadeo se escuchaba de su pecho y para mí era como una invitación a algo más que besos y caricias. Por un instante Gina dejó de frotar su concha sobre mi bulto y levantó su cintura un poco. Yo aproveché de inmediato para desabrochar mi cinturón y abrir mi pantalón. Cuando abrí el cierre mi pene salió desesperado como una fiera buscando su presa. Irguiéndose firme como un poste. Como pude bajé mi pantalón un poco hacia mis rodillas para tener mejor sensación de las turgentes piernas de Gina. Creo que ella sintió el calor de mi pene porque yo también pude sentir el de ella. La piel de nuestros sexos por fin hizo contacto. Una deliciosa sensación recorrió mi cuerpo al sentir la concha de Gina restregarse sobre mi pene y algo de humedad vaginal pude percibir al delicioso contacto. Su concha se humedecía y pude sentirla al tiempo que sus jadeos aumentaban. Una electrizante sensación recorrió mi vientre estremeciéndome excitado haciendo que mi pene se endureciera aún mas.
    
    Mis labios jugueteaban aun golosamente saboreando sus pechos propinándole tremendas mamadas que la hacían gemir y estremecerse toda. Creo que había encontrado ...
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