1. Ana


    Fecha: 03/04/2019, Categorías: Anal Autor: anis, Fuente: CuentoRelatos

    Nunca fui del agrado de mi tía Betty, la hermana menor de mi papi, mucho tenía que ver que mi madre se fue a Miami con un cubano, paisano de ella, abandonándonos a mi Padre y a mí.
    
    Cuando tendría unos 18 años, mi tía Betty tenía un novio que a mí me fascinaba e inspiraba muchas cosas cada vez que lo veía. Alguna vez sin quererlo los sorprendí haciendo el amor en el living aprovechando la enfermedad de mi Abue quien se tomaba una pastilla para dormir plácidamente. Ellos no me vieron, pero esa noche conocí en vivo el enorme pene de un hombre, como lo chupaba Betty con gran placer y como él se lo metía en su peluda cuca. Esa noche instintivamente puse mi dedo en mi rajita que se mojaba mientras veía la escena causándome gran placer, sin darme cuenta experimentaba una deliciosa masturbación que me encantó y luego se volvió una forma de disfrutar cuando la calentura me asaltaba.
    
    Empecé a salir con chicos pero que nunca me proporcionaban lo que yo deseaba, ya que nuestros encuentros solo se traducían en besos, me cogían las tetas y de vez en cuando se atrevían a sobarme la cuca mostrando un miedo inconmensurable de metérmela. Yo por mi parte si tomaba con mi mano su pene erecto, lo besaba y hasta lo chupaba recordando cómo lo hacía Betty con el de su novio. Por cierto, los que yo tocaba, a pesar de estar erectos y duros no se asemejaban en nada a la enorme cosa de Omar, a quien yo siempre recordaba con un deseo increíble. Aprendí que a los hombres les encanta que les ...
    ... soben el pene y lo chupes, incluso muchas veces terminaban en mi boca y a mí eso me gustaba y divertía mucho. Gracias a eso adquirí una tremenda fama entre los chicos y me llovían propuestas de noviazgo e invitaciones a salir, desafortunadamente lo contrario pasaba con muchas chicas, incluso mis amigas, quienes a menudo me calificaban de Puta.
    
    Alguna vez en una reunión familiar, faltaron sodas y cervezas, Omar se ofreció a ir a comprarlas alSuperMarket, por su parte Betty había subido a la parte superior de la casa y aproveché la ocasión para decirle a Omar que yo lo acompañaba y él aceptó sin más. Una vez en su auto le dije que me enseñara a manejar, el aceptó indicándome que primero me enseñaría a guiarlo con el volante y luego ya sería a manejar los pedales.
    
    Sin más detuvo el auto y me cedió su asiento recorriéndose al lugar que yo ocupaba, obviamente así no era posible, alguien tenía que maniobrar los pedales para que el auto avanzara, de tal forma que me senté en las piernas de Omar y mis nalguitas aun con mi panty puesta, sentían los genitales de Omar bajo su pantalón. Los primeros minutos fueron de mucho interés guiando muy despacio el auto y al poco tiempo empecé a sentir la erección de Omar al sentir en mi trasero como paulatinamente crecía y endurecía, lo cual me hacía recordar aquel miembro enorme introduciéndose en el cuerpo de Betty y desde luego mi excitación no se hizo esperar, llegó el momento en que la sentía enorme y me tomó de la cintura para moverme y ...
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