1. Pasión por el chocolate I


    Fecha: 12/03/2019, Categorías: Fetichismo Autor: latosita, Fuente: SexoSinTabues

    ... pecho y trasero; acabé el chocolate y yo misma puse más en su boca, como si necesitara ese pretexto para continuar con lo que estábamos haciendo. Otra vez se terminó el chocolate, pero no quise dejar de besar a Marcos, que ya había levantado la falda y estaba batallando con mis bragas para hacerlas a un lado; al parecer no tenía mucha experiencia en el tema y tuve que ayudarlo, incluso, lo estuve dirigiendo al principio, mostrándole cómo debía pasar su dedo por mi rajita, lentamente arriba/abajo, arriba/abajo, una y otra vez; hice una pausa cuando su dedo llegó al clítoris y lo ayudé a reconocerlo, así como si un ciego estuviese leyendo braile. Este chico, aparte de guapo, también era buen alumno, porque no requirió más ayuda y demostró tener iniciativa, tocaba y veía mi reacción, sabía que debía ser más cuidadoso si yo hacía muecas de dolor y que debía repetir los movimientos que me hacían gemir; no tardó mucho en meterme un dedo, tuve que dejar de besarlo y recargarme en su hombro; era la primera vez que tenía dentro de mi ...
    ... vagina un dedo que no era el mío. Al parecer, los chicos habían llegado a una parte muy emocionante del juego, hacían mucho escándalo, con gritos y risas, mientras Marcos me estaba haciendo la mujer más feliz del mundo, con su dedo en mis entrañas, metiendo y sacando rápidamente y, rápidamente, haciéndome llegar al orgasmo, con un grito largo y fuerte que no quise contener, esperando que no se escuchara hasta la sala, simplemente me dejé llevar por la lujuria y el placer. Terminé muy satisfecha y cansada, todo mi cuerpo temblaba, especialmente las piernas, sostenida por los fuertes brazos de Marcos, sin prestar mucha atención al hecho de que acababa de serle infiel a mi novio, en su casa y con su mejor amigo; él me decía lo hermosa que soy y recorría mi cara con sus besos; tardé algunos minutos en recuperarme, fuimos a la sala para despedirme de los chicos y Marcos se ofreció a acompañarme a casa; en el trayecto hablamos muy poco y de cosas sin importancia, excepto que el chocolate es lo más delicioso del mundo y se debe compartir. 
«123»