1. Mi amor por las Lolis


    Fecha: 05/03/2019, Categorías: Incesto Autor: onichan, Fuente: SexoSinTabues

    ... acostaba en la orilla de su cama boca arriba, y yo le bajaba el short o levantaba su falda, me deleitaba un momento con sus pantaleticas para luego bajarlas y montarme sobre ella para friccionar mi pene contra su cosita. Estos momentos eran frecuentes y prolongados, hasta justo cuando iba a eyacular, me levantaba pero ella buscaba verme. Otras veces era en casa de los abuelos, y tirados en el piso viendo tv, cuando nos qudábamos solos, ella se acostaba boca arriba, apoyando la cabeza en un cojín, y yo disfrutaba sobre ella. A los meses, ya asumía que era mi primer mujer deseada de verdad, y confieso me enamoré. En una de las veces que hacíamos el divino sexo de fricción, decidí no apartarme y soltar mi semen en su cosita, fue mágico. Ella se levantó y se mueve, para luego levantarse el short y mirarse. Siempre era maravilloso, ver sus pantaletas y friccionar, yo le preguntaba si le gustaba y me respondía que si, también le decía que mirara conmigo nuestros genitales frotándose. Una vez la encuentro viendo TV en la sala de su casa, y me le acerco para acariciarla y sucesivamente bajarle la ropa. Ella me advierte que nos pueden ver, y me pregunta por qué me gusta tanto eso, a lo que le respondí ...
    ... preguntándole que si a ella le gustaba, me dijo que si, entonces bueno, a hacerlo. Ese hermoso juego duró unos 2 años y que también ella había limitado. Ella solía regalarme memorables momentos, al tener la divina predilección de bañarse en el patio, sólo cargando pantaleticas de algodón, que al mojarse se transparentaban, me masturbaba escondido y mirándola, recorriendo con mis pupilas todo su cuerpecito, y un a vez decidí esperarla en su cuarto. Al entrar se asusta al verme y me manda a salir, usando un tono poco convincente, me masturbaba mientras la veía vestirse, y cuando sólo le faltaba arriba, se acuesta en la orilla de la cama y comienza el rico juego. Al cabo de unos minutos sentimos un ruido y nos separamos, pero luego de disimular y ver no había nadie, buscaba pegarme a ella a pesar de su negativa. Decide volver al cuarto y comienza a peinarse parada frente a un espejo grande,cuando yo me acerco y la arrincono a la pared, quedando justo al lado del espejo. Ella miraba a través del reflejo de mi pene restregándose en su dulce vagina, hasta que a lo sminutos me dice: “tu no lo sabes meter” y con eso me desconcertó totalmente, por que confirmaba mis sospechas de que también lo hacía con un primo. (Continuará) 
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