1. Mi hija la artista


    Fecha: 26/02/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: tranque, Fuente: CuentoRelatos

    Mi nombre es Franco, soy el feliz esposo de Marisa y el padre de nuestra bella y única hija, Lucrecia. Vivimos los tres juntos en una casa alejada de la ciudad. Lucrecia con 19 años había terminado la escuela y empezado a estudiar en el instituto de bellas artes de una ciudad cercana. Siempre le gusto dibujar, era su pasión, ya de pequeña dibujaba todo el día. Como nuestra única hija le damos todos los gustos, algo que no pudieron hacer mis padres cuando era chico, tuve una vida muy dura.
    
    Los quiero poner en situación y describir de dónde vengo y como soy. Ya tengo 45 años y me siento un viejo, pero estoy feliz con mi esposa, ella es hermosa. Nací en el campo y fue una vida de duro trabajo, mis padres fallecieron cuando tenía doce años, quede al cuidado de mi abuela y después yo al cuidado de ella, no necesitábamos mucho, pero tampoco había forma de ganar mucho, todos se iban a la ciudad. Mi abuela falleció cuando yo tenía veinte años, quedé solo y una sequía espantosa e interminable me hizo migrar a la ciudad, vendí lo poco que tenía y fui a tratar de buscar trabajo.
    
    No tenía dinero ni para alquilar por suerte pude ir a la casa de mi amigo Miguel que llevaba viviendo muchos años en la ciudad. Fuimos amigos de chicos, hasta la adolescencia cuando se fue a buscar un futuro a la ciudad. Miguel siempre quiso ser director de cine, esa era su obsesión, pero la vida lo llevo a trabajar de productor de películas para adultos, cosa que le dio un buen pasar económico.
    
    Yo ...
    ... estaba desesperado por buscar un trabajo, a Miguel no le molestaba que me quedase en su casa, tenía lugar y vivía solo, pero yo trataba de independizarme lo más rápido posible. Después de dos meses que no podía conseguir trabajo, Miguel me propone un trabajo, sólo quería ayudarme, pero también decía que me necesitaba.
    
    Él decía que me necesitaba porque me conocía de adolescente, me conocía de cuando competíamos entre nuestros amigos. Por ahí es algo gracioso los que les cuento, pero es real. Éramos unos diez amigos que competíamos en todo, peleábamos, jugábamos al fútbol y cualquier juego que se les ocurra, pero teníamos uno especial en lo que yo siempre ganaba. Cada vez que conseguíamos una revista pornográfica, llegaban pocas al campo, la veíamos entre todos, elegíamos la mejor foto y la usábamos de blanco, sí, como una silueta de blanco de tiro. El juego consistía en ir pasando de a uno y masturbarse delante de la foto, él que lograba la mejor distancia ganaba. Yo tenía un record imbatible, no sé porque pero siempre produje mucho semen y lo expulso en largos chorros, cosa que era hasta gracioso y una causa de cargadas entre mis amigos.
    
    Después de conocer ese defecto, mis amigos, cuando yo empezaba a masturbarme, se ponían alrededor y contaban en voz alta la cantidad de chorros que tiraba, llegué a un record de doce. También les llamaba la atención mi tamaño, sucede con todos, hay hombres muy altos y otros muy bajos, mujeres con tetas muy pequeñas y otras con tetas grande, ...
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